"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


viernes, 24 de diciembre de 2010

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

"Los que reniegan de Dios es por desesperación de no encontrarlo"
Unamuno

lunes, 20 de diciembre de 2010

Volviendo a ser un niño...


Un día caluroso de verano -en el sur de la Florida-
un niño decidió ir a nadar
en la laguna detrás de su casa.
Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz.

No se daba cuenta de que un caimán se le acercaba.

La mamá desde casa miraba por la ventana, y vió con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que pudo.

Oyéndole, el niño se alarmó y empezó a nadar hacia su mamá.
Pero fue demasiado tarde.
Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos
justo cuando el caimán le agarraba por las piernas.

La mujer tiraba firmemente con toda la fuerza de su corazón.

Ciertamente el caimán era más fuerte, pero ella era la mamá:
su amor de madre no la abandonaba.

Un señor, que escuchó los gritos, se apresuró hacia el lugar con una pistola
y mató al caimán. El niño sobrevivió y, aunque sus piernas quedaron muy maltrechas, aún pudo llegar a caminar.

Cuando salió del trauma que ello le produjo,
un periodista preguntó al niño si le quería enseñar las cicatrices de los pies.
El niño levantó la colcha y se las mostró. Pero en seguida, con gran orgullo se remango y señalando las cicatrices en los brazos le dijo:
"Las que usted debe ver son estas".

Eran las marcas de las uñas de la mamá que había presionado con fuerza.
"Las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida"

Creo que la Navidad es algo parecido. Tenemos nuestra vida llena de jaleos, disgustos, retos que hay que ir superando. Sabemos que hay situaciones fáciles y otras no tanto. A veces nos cansamos y otras lo pasamos 'como los indios'. Todo va dejando en nosotros cicatrices: amistad, amor, dureza de la vida, incomprensiones, retos logrados, retos perdidos, resquemores...


La Navidad son esas cicatrices de las muñecas que de vez en cuando te "tiran para arriba" del fango de la lucha diaria. Te hace pensar en lo que realmente merece la pena, en los que realmente siempre están a tu lado. Navidad que en medio de la lucha te recuerda el niño que nunca has dejado de ser para sacar del fondo de tu corazón lo que la dureza diaria te ha ido enterrando en el fondo del alma: ingenuidad, sinceridad, alegría al volver a estar con los tuyos.


Y pensar un poco... Decía Unamuno: "Quiero creer en la transcendencia por que no quiero ser como las vacas". Muchos de los nuestros viven el estado animal: comer, dormir, beber, disfrutar, vivir que son 2 días. Pero hay que pensar: en Alguien. ¿Ese niño nacido en Belén? Esa pregunta ya le toca a cada uno responderla.