"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


jueves, 28 de febrero de 2013

Algo tan sencillo como contagiar felicidad


                       

No lo podemos disimular: nos dan envidia esas películas donde todos son tan asquerosamente felices, que llegamos a pensar: "eso sólo pasa en Hollywood".
No es que sea difícil la felicidad, pero si es verdad que hemos puesto nuestras metas demasiado altas, demasiado caras, demasiado lejos.

El cine nos quiere hacer demostrar que la felicidad se puede conseguir en lo que dura la película. Pero la realidad es bien diferente, bien dura, bien costosa. Nos cuesta -es verdad- cada sonrisa, cada momento de bienestar. En la vida de mentira de las series y las películas todo acaba bien, en las películas de nuestras vidas no siempre. Nunca seremos como esas princesas o héroes o románticas parejas que al coincidir tapándose con el mismo paraguas en la estación del bus descubrieron que estaban hechos el uno para el otro. Podremos perder noches pensando en cómo podrían irme las cosas o esperando la persona que seguro cambiará mi vida (y que viene con más retardo que el Mesías para los judíos). No vayamos a la estación esperando la entrada mágica para el tren que nos llevará a otra realidad. Sólo nos encontraremos lo de siempre y como siempre. Sólo nos encontraremos que cada vez se vuelven más rancias las palomitas de nuestro cine: por que la culpa la tendrán los demás "cines" que siempre ponen películas mejores que las mías...

Ser feliz, hacer feliz, cuesta. Pero no es misión imposible. A veces tocará callar o ceder o perdonar o adelantarse o callarse o regalar o visitar o llamar. Incluso disimular poniendo una cara que realmente no expresa lo de dentro. Pero queremos "que lo de dentro" de los demás esté bien, por eso conjugamos los verbos de antes.  Las películas dependen del director. Aquí el único que lleva el guión eres tú: de ti depende que cada día o momento sea un drama o un  thriller, una comedia o una sesión de amor, una película de miedo o un tostón que nunca acaba. Disfrutamos, además, ser protagonistas, nos encantan las miradas, por eso no lo tenemos tan difícil. El resto están esperando en el camerino a que les llames para protagonizar contigo esta historia... Depende los "cuentos" que lleves te darás cuenta de que la película gana en taquilla... SI no, enseguida la productora te echará el cierre.

Vivir: una aventura de película, una oportunidad para bordar cada guión, una manera de que los demás entren a escena... No esperes a mañana... Lo que el viento se llevó no volverá, sólo queda lo que tú seas capaz de sembrar.