"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


jueves, 31 de diciembre de 2009

Feliz Año Nuevo

miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿libertad?

Voltaire: "No estoy de acuerdo con tus ideas, pero daría mi vida para defender tu derecho a expresarlas."

Sólo unas líneas, ya que el tiempo corre y siempre me quedo en deseos de escribir sin llegar a plasmarlos...

Vivimos una etapa difícil. Es una época de "coléricos", en el sentido de que todos tenemos nuestra partecita de verdad, y la defendemos vehemente. Yo creo... Yo defiendo... Yo digo... Así, claro, es difícil avanzar. Es bueno que cada uno tenga la capacidad suficiente de llegar a "ser" libre para desarrollar su propio pensamiento bebiendo de las fuentes que considere oportunas. Para ello necesitamos una sociedad madura que nunca cierre puertas a formas de pensamientos, vivencias. A la vez, ser lo suficiente autónoma para que un pensamiento "globalizante" no incapacite a la persona a ser verdaderamente su "yo".
Por ejemplo, ¿qué sabemos de Obama? Poco o nada. La mayoría de nuestros adolescentes no siquiera sabría adscribirlo a su partido político: pero podríamos clasificarlo con los tópicos oídos de él. Papagayos: hablamos lo que sabemos, pero no sabemos lo que hablamos.

¡La meta sería la Libertad! Que construye, que edifica una casa común. Es verdad que cada uno tiene su "verdad"... Sumándolas ¿no se llegará a una verdad absoluta, cortando esquejes?

Pero esto es Utopía. Moriremos en nombre de nuestras ideas tan absolutas como absolutizadoras de las demás... Hasta que -cuando sea tarde- nos daremos cuenta de todo lo que nos unía.

¿O no?...

martes, 20 de octubre de 2009

1300 familias asturianas en la calle

Leemos hoy en la prensa que 1300 familias tienen iniciado o concluido el expediente de tramitación de expropiación de sus viviendas por impago. O sea: comenzamos a sentir en carne propia la crisis económica. Me imagino que en este sector habrá de todo, pero también diferentes modalidades de lo que conocemos por familia: solteros, separados o divorciados, viudas con hijos a su cargo... El problema, el de siempre: en la calle los que menos tienen. No voy a clamar por una justicia comunista que reparte equitativamente las riquezas de todos para todos, pero tenemos derecho a una segunda oportunidad, equivocarse es de humanos.
En esta sociedad de consumo todos queremos casa, coche, comodidades... A veces nos "embalamos" y nos metemos con más de lo que podemos. Pero ¿esos 1300 nucleos familiares dónde están? ¿Qué hace "papá estado" por ellos?...
En estos meses cualquiera puede observar cómo ha crecido el número de los que duermen en cajeros automáticos, en soportales... La otra noche contabilice 6 personas. Una sociedad de desiguales, porque claro, los que llevan las riendas políticas de nuestra sociedad nunca se verán en esta situación...
¿Qué hacer? Yo por mi cuenta nada, claro, poco podría. Pero si unirme a quienes luchan por la Justicia, por la Igualdad... Un grano no hace granero pero ayuda...
¿Pasaremos de largo, ocupados en nuestras cosas, mientras otros no tienen manos que les ayuden?
Sinceramente, me c... en los premios Príncipe de Asturias: chupones a vivir del cuento mientras 1300 familias asturianas se han quedado sin casa... que lo celebren en el Reconquista. Yo no tengo nada que celebrar...

viernes, 9 de octubre de 2009

Agustín de Foxá, censurado.


Se cumplen 50 años de la muerte del diplomático y escritor español Agustín de Foxá. Un personaje singular. Aristócrata, monárquico, acusado de "beber y fumar en exceso", logró sillón Z en la Real Academia; cultivo diversos géneros literarios destacando especialmente su poesía, escritor consumado. Falangista de primera hora, en las letras del "Cara al Sol" está su aportación. "Mitad soldado, mitad monje" con puesto bajo las estrellas, soñando con imperios, ni asesino ni bandido: aconsejó a García Lorca quedarse en Madrid y no volver a Granada. Su militancia política siempre fue la de un equilibrista sobre el cordel, nunca se llevó bien con un régimen que, como a Ridruejo, le decepcionó. Aquello no era lo que había ideado José Antonio: no soportaba a los aprovechados de aquella victoria de 1939; diplomático al que no amendrentaban ni Serraño Suñer ni el Conde Ciano. Ante todo prefirió ser libre, simplemente Agustín de Foxá.


Pero hoy su memoria está prohibida. Sevilla quiso honrarle, lo de Falange es lo de menos, lo más es su persona ¿o no? Sevilla quería rescatar su poesía, su genio... Pero IU lo ha impedido. La Memoria Histórica de la que hacen gala es sólo para un bando, el suyo. ¿Esta es su democracia? Tienen miedo a Foxá: les aterra la inteligencia, la verdad sin tapujos, la simple libertad. Foxá se da de bruces con su mediocridad, con su nula capacidad creativa que sólo sabe vivir de las rentas perdidas del 34 y 36... que son ya notas desafinadas en la gran sinfonía de la democracia en la que deben participar todos los instrumentos. Izquierda "Hundida" ha perdido la oportunidad de acabar con las dos Españas, ha levantado su bandera, la que realmente siente: la de la revancha. Que Dios, la Inteligencia, les perdone... si puede.



CREADOR


Tú, cuyos ojos fijos en la estrella

la mantienen en vilo sobre el aire.

¡Oh escultor de leones y de arcángeles!

Señor que buscó, como luz alegre

en el torrente oscuro de mi sangre.

Tú que hiciste las manos y la piedra

la manzana y la carie de los huesos.

Airada espada contra las tinieblas.

Que a la culebra diste ojos fríos

y ardientes ojos a la corza en celo.

Del mismo barro. Eva fue desnuda,

Rosada, entre las hojas de laureles

que la vértebra negra edificastes

de los reptiles de la edad primera.

¿Qué pellada de barro voladora

untada de iris se hizo alegre pájaro?

Tú que extendiste verdes los viñedos

en el barro aún mojado del diluvio.

Fuera del tiempo; en las terribles playas

donde la Nada rompe su ola en sombra,

Alto Señor que alegras mis entrañas

que haces un sol con ardoroso beso

o helada luna con tu aliento frío.

Dominador del reino de los muertos

triples luces coloran tu vestido

blanco listón del cielo, verde rayo

vegetal de la tierra y los tizones

rojos de los abismos soterrados.

Por Ti amorosos se hinchan los océanos,

te adoran plantas, rocas, animales

esqueletos humildes entre el hierro

y frescos peces en polares aguas.

Tú sin principio; que Eres el que Eres

que en mi conciencia estás y en mis anhelos

Luz increada y Dueño de la muerte

que entre los velos de la Fe contemplo

y en la hermosura de la tierra intuyo.

Los limitados por sepulcro y cuna

cantamos Tu grandeza sin contornos.

Agustín de Foxá Torroba,

conde de Foxá y marqués de Armendáriz.

sábado, 3 de octubre de 2009

¿Tiene Dios espacio en nuestra sociedad?

Es una pregunta que me suelo hacer con frecuencia.
Vivimos en un mundo de ideas fáciles (sino preguntadle a la Pajín o al Camps) o de pensamiento débil-vacilón (¿verdad Risto?) que pocas veces deja espacio a la profundidad, en este caso a la transcendencia. Es un mundo tecnificado que gracias a la multiplicidad de aparatos nos señala kilómetros-tiempo-calorías en nuestras salidas deportivas, lo que nos queda en la cuenta corriente, los kilos y grasa que nos sobran, en fin: sólo falta una que nos indique los años que nos quedan...
Pero Dios no está de moda: no lo podemos cuantificar, no hay manera de "demostrarlo", no podemos poseerlo para decirle qué tiene que hacer y cómo lo tiene que hacer. Claro, y eso no lo podemos soportar. Somos la generación "de las yemas gastadas", ¿"yemas"?, si: las de los dedos de las manos: del teclado, del ratón, del mando a distancia, del ipod, del móvil, de la pda... A Dios no podemos manipularle, tocarle, apretar el botón de lo que yo quiero... Y ante este resultado lo mejor es no pensar en él, a ver si desparece. Pero algún día aparecerá: cuando el egoísmo impere, las desigualdades, el despropósito social de nuestra generación que cada día tiene más frente a otras que carecen de todo: cuando nos cansemos de vivir así entonces abriremos el baul de los recuerdos donde le hemos escondido para decirle: "¡Ayúdanos!"
¿Dios o el progreso? Mejor: progreso con Dios. Un Dios que se conjuge con libertad, crecimiento personal, madurez, inteligencia...
¿Ves a Dios en nuestra sociedad? A mí me cuesta, ¿a tí?...

jueves, 1 de octubre de 2009

ya ni me acordaba de cómo era esto...

Lo primero perdone Ud.; la tardanza en actualizar ha sido pasmosa...
Pero es que no puede salir uno de este estado contemplando el panorama nacional:
1.- Lo de la Leyre "Pajitas" no tiene nombre. Ha animado a los socialistas a dar la cara, a salir a la calle para decir a los ciudadanos "mirándoles a los ojos" que la subida de impuestos era necesaria, que no les va a perjudicar ¡¡¡¿pero esta tía es gilipollas?!!! La verdad que todavía no me he encontrado con ninguno del PSOE que me mirara a los ojos para decirme semejante sandez... no sé, un hombre que me parara en la calle para mirándome a los ojos decirme que ánimo... no sé, no sé... pensaría que ligué ;)
2.- Pero lo de Rajoy, Camps, Cospedal, "El Bigotes" tampoco tiene desperdicio. Cualquier día miraré en el fondo de mi armario y encontraré un traje de esos de "El Bigotes" por que a este paso los debe tener media España... Bueno, seguro que yo no, que no tengo concesiones. Y en el PP no se mueve ni el bigote de Aznar... ¡¡¡otros gilipollas!!!
3.- Pero poco más tiene la vida política de este pais, otrora España, si le sumamos los anhelos independentistas de Laporta, el eterno chupeteo presupuestario de vascos y catalanes, las arenas movedizas en que se mueve PyD que nunca se sabe dónde aterrizará...
En fin, hoy 1 de octubre se celebraba antaño el Día del Caudillo (que ya es chulería, vamos), aquel que le dijo a un ministro: "Ud. para no tener problemas haga como yo, no se meta en política." Amén.

lunes, 17 de agosto de 2009

¿Diosa Razón? ¿Diosa Religión?

Hace tiempo que me había olvidado del blog... El verano es lo que tiene.
Mil perdones.

Comenzamos esta nueva andadura con el "globo sonda" de la nueva ley de reforma religiosa.

1.- Es verdad que las religiones no deben "marcar" los tiempos a las sociedades. En un mundo global ninguna confesión religiosa debe aspirar a la etiqueta de "exclusividad".

2.- Coincido con el gobierno en que es normal que en sana convivencia democrática el estado no debe manifestar públicamente elementos religiosos, ya que no todo España es ni católico ni cristiano...

Ahora pienso yo, y no ZP:

3.- Lo que no me gusta es este tipo de leyes en momentos de crisis: ¿le preocupa más al gobierno el Cristo de las escuelas que el casi 20% de nivel de paro que pronto alcanzaremos? Me parece lamentable que nos quieran pasar por bobos, entreteniéndonos en batallas inútiles.

4.- Es la eterna lucha de la Diosa Razón frente al Dios Religión. ¿No podemos convivir en paz? ¿Hay que vivir siempre a la gresca? Es inútil el totalitarismo Racional como el fundamentalismo religioso: ambos nunca llegarán a nada, más que a confrontaciones. Pero pretender obviar ese apartado "religioso" de la Historia de España por decreto me parece una gilipollez: ¿Meteremos a la Virgen del Carmen en las bodegas de los barcos para que nadie se ofenda? ¿Quitaremos las cruces de los cementerios CIVILES para que todos se sientan a gusto? ¿Obligaremos a quitar las cruces de los campanarios ya que pueden perturbar la conviviencia ciudadana? ¿Y los tañidos de las campanas? ¿Y las procesiones? Sé que igual es exagerar, pero de uno a otro hay un paso muy pequeño, España es así... Me fastidian estas batallitas tan ridículas: de unos y otros, los que andarán colegio por colegio quitando emblemas religiosos al estilo de comisarios políticos de Stalin y de los que protagonizarán escaramuzas contra el gobierno.

5.- "Hay dos cosas que me maravillan: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí" decía -más o menos Kant-. Lo asumo. Algo tiene que haber. Llámalo x... ¿quién puso en nuestro corazón esa ley moral que me dice qué está bien o está mal...? Siempre con "prudencias", pero a ver quién enmienda a Kant...

¿No sería mejor dejar las cosas como están y que cada uno descubra su verdad? ¿Intelectualidad frente a adoctrinamiento? ¿Dependeremos de cada gobierno para ver un Cristo o la foto del presidente de turno encima del encerado?

Esto es de risa, han vuelto don Camilo y don Peponne...

sábado, 18 de julio de 2009

Ya sé que esto es una vergüenza...

Lo reconozco: tener un blog para no escribir nada en tantos días es de juzgado de guardía...

Pero del 19 al 30 de julio estoy fuera, o sea que seguirá esta racha. Prometo perseverancia en agosto... ¡lo intentaré!

viernes, 3 de julio de 2009

Existencialismo ateo


Está de moda recorrer este camino apasionante de la vida "como si Dios no existiera". Forjamos en la fragua de lo cotidiano nuestro quehacer, nuestro vivir, y en ese arduo trabajo nos olvidamos de martillearnos -para modelarnos- con el instrumento divino. No es que sea yo un nuevo Rouco-Cañizares pero la idea de Dios me parece interesante. Por lo siguiente:


1.- Lejos quedan los tiempos de Jean-Paul Sartre. Este hombre tenía verdadero odio personal a Dios; y no sólo a Dios sino al género humano. Ataca no sólo a la fe, sino a la esperanza... "Si Dios existe, yo no soy libre. Pero consta que yo soy libre. Luego Dios no existe." Se pensaba que la Libertad era el nuevo estado antropológico ¿pero somos tan libres como pensamos? ¿O vivimos en una "libertad" tutelada, amparada, protegida?


2.- Hoy, en la época del pensamiento débil, nos quieren hacer creer que la libertad es vivir de acuerdo con tus ideales... profunda mentira ya que eso es simplemente credibilidad -los alemanes contrarios a Hitler vivían según sus ideales, lo que no podían era expresarlos políticamente-. La libertad sería el poder desarrollar en la sociedad en la que vivo esos ideales, en base a unos criterios comunes: mi ideal puede ser que la mujer vaya de burka de los pies a la cabeza, pero en una sociedad occidental europea sería extraño, hecho que en cambio es aplaudido en otras latitudes no tan lejanas.


3.- Libertad pues como capacidad radical de ser protagonistas de nuestra vida. Que me dejen ser libre, es decir, que no pongan coartadas: ¿Dios es la gran coartada a nuestra libertad? Yo creo que no. Si vivimos en el amor, respeto, tolerancia, solidaridad, entrega, servicialidad, perdón que son notas características de la "divinidad" no serán sino acicates. Otra cosa es la imagen que los representantes oficiales de la "divinidad" enseñen. Prefiero esas coartadas divinas a las "humanas": peloteo, chupatintas, estafas, engaños, infidelidad... Nos dicen que somos libres de Dios precisamente los que más atados están a las engañosas cadenas: los políticos, al dinero, al puesto y a los privilegios; los filósofos mediáticos, al marketing, a su buen sueldo universitario y/o de comité de sabios, a las conferencias de media hora por unos buenos cuartos... O sea que me quedo con Dios... ¿me equivocaré? Al final del camino os contaré...
Y vosotros ¿qué pensais?...







lunes, 29 de junio de 2009

"Tolerancia cero"

He dejado pasar uno días antes de volver a publicar una entrada nueva esperando vuestras opiniones, pero la pereza me ha seducido en sus suaves y engañosos brazos, cayendo en el letargo del que se descubre muy ocupado en no hacer nada esperando comentarios que nunca llegan (¿NO LO HABEIS LEÍDO?!!!!!)... Pero he aquí que un nuevo amigo de las redes del facebook me descubre una frase de Vázquez de Mella genial:

"Se habla mucho de la tolerancia, que es la virtud de los que no suelen tener ninguna. La virtud de la tolerancia es muy fácil de invocar, y es muy frecuente invocarla cuando se está sosteniendo precisamente lo contrario, cuando se está defendiendo una tesis y se la quiere imponer sobre los demás". (Discurso en el Congreso de los Diputados, 6 de junio de 1913)

Hombre, es verdad que depende de dónde la mires. ¿Sí era tolerante el que la pronunció atacando a los demás? Bueno, eso otro día. Ahora me interesa por otro motivo:

1.- Todos somos tolerantes. ¿Pero en qué? Hoy tolerancia puede definirse como el no salirse de la norma general, v.gr. los que han saltado frente al "erupto" científico de la Aído postulando una nueva versión de transformers: de ser vivo a ser humano, son unos intolerantes; los que militan en el conservadurismo otro más de lo mismo. INTOLERANTE es el arma arrojadiza de un sector de la progresía que sólo escupe los sarcasmos más rinbombantes sin saber ni lo que dice [¡ups! como los papagayos :)]

2.- Tolerancia: dejar las cosas como están, no revolver, no hacer pensar, vivir en la onda, militar en el pensamiento débil, "combayar" con el poder... al final ese camino ya sabemos a dónde conduce.

Hoy me reafirmo: ¡¡¡no quiero ser tolerante!!! No quiero que una ministrilla me diga cuándo un ser vivo se transforma :( :( en ser humano... no quiero tolerar que de repente el perejil de mi cocina pase a ser mi hijo; no quiero que se rían de esas jóvenes a las que incitan a abortar a los 16 a escondidas pero pretenden limitar el consumo del alcohol a partir de 18 años, después de ¿educarlas? en una logse que sólo engendra borregos...
Tolerancia cero: con la hipocresía, con los aduladores del gobierno de turno (ya sea PSOE, PP, CIU, PNV o los de IU), con el conformismo. La vida es de los que luchan, no de los que se quedan en la orillita por miedo a las olas, al mar, al infinito. Yo quiero meterme mar adentro, luchar contra las olas, no morir de "maricomplejines"... ¿Seré un iluso? A lo mejor. Sólo un favor si me quedo en alta mar: ponedle a mi barcaza sólo un nombre: me c.. en la tolerancia. Ja, ja, ja...
Mañana más.

martes, 16 de junio de 2009

Hacia una cultura de diálogo

Este texto no es mío. Pero la verdad que podría firmarlo. Es largo, pero merece la pena. Es una reflexión certera y capaz de abrir caminos. Ya me diréis vuestros comentarios/opiniones...

Un nuevo reto
En la sociedad actual, convivimos con personas diferentes a nosotros. Este es un hecho concreto y fácilmente perceptible frente al cual no podemos cerrar los ojos. Se trata generalmente de gente proveniente de otros países, con una cultura y religión diferentes a las nuestras; tienen otras costumbres y un estilo de vida que nos resulta extraño y hasta curioso o pintoresco. Tal vez vivan en el mismo pueblo o incluso pertenezcan a nuestra familia. Son "nuestros vecinos de siempre"; pero no piensan ni sienten como yo, o —dicho desde otra perspectiva— yo no pienso ni siento como ellos. Cada persona tiene su propio punto de vista, su mentalidad, su proyecto vital y su modo de juzgar los acontecimientos políticos y sociales.
Lamentablemente, las diferencias originan no pocas veces antipatías o sospechas; pueden llevar a malentendidos e incomprensiones e incluso despertar reacciones violentas. Pueden ser también la causa de múltiples formas de rechazo que hieren el corazón humano.Muchos sufren injusticias y humillaciones por el mero hecho de no ser "como los demás"; algunos tienen que soportar diariamente torturas, no sólo en una cárcel, sino también en un puesto de trabajo o en el entorno familiar. Es cierto que nadie puede hacernos tanto daño como los que debieran amarnos. "El único dolor que destruye más que el hierro es la injusticia que procede de nuestros familiares," dicen los árabes. Es una pena gastar las energías en enfados, recelos, rencores o desesperación; y quizá es más triste aún cuando una persona se endurece para no sufrir más.¿Cómo podemos evitar este choque entre las culturas y mentalidades que parece caracterizar cada vez más claramente nuestra vida? En los últimos años —y especialmente a partir del 11 de septiembre de 2001— se han dado muchas respuestas muy variadas a este interrogante. De especial importancia es, ciertamente, el diálogo. Pero, ¿somos capaces a transmitir pacíficamente nuestra visión del mundo, y escuchar con atención lo que dicen los demás? O, preguntando de modo más radical: ¿tenemos realmente convicciones propias? ¿Hemos encontrado nuestra identidad? Es un hecho conocido que nadie puede dar (a conocer) lo que no tiene.
I. Dificultades para el diálogo
Somos libres para pensar por cuenta propia. Pero apenas tenemos el valor de hacerlo de verdad. Estamos más bien acostumbrados a repetir lo que dicen los periódicos y revistas, la televisión, la radio, lo que leemos en internet o lo aseverado por alguna persona, más o menos interesante, con la que nos cruzamos por la calle. Hoy en día, en muchos países parece que ha desaparecido la autoridad que dicta los pensamientos, la censura. Pero lo que hallamos en realidad, es que aquella autoridad ha cambiado su modo de obrar: no se vale de la coerción sino tan sólo de una blanda persuasión. Se ha hecho invisible, anónima, y se disfraza de normalidad, sentido común u opinión pública. No pide otra cosa que hacer lo que todos hacen.

¿Resistimos a los tiroteos constantes de este "enemigo invisible"? ¿Hemos aprendido a ejercer nuestra facultad para discurrir y discernir? Pensar no sólo es un juego divertido; es ante todo una exigencia de nuestra naturaleza. No deberíamos cerrar voluntariamente los ojos a la luz, sino todo lo contrario: tendríamos que entusiasmarnos con la realidad que nos rodea, y buscar respuestas a las cuestiones grandes y pequeñas que nos plantea la propia existencia.
Sufrir un ajetreo continuo
Sin embargo, nuestra vida se ha convertido, en muchos sentidos, en un ajetreo continuo. Muchas personas sufren las consecuencias del estrés o de un cansancio crónico. La dureza de la vida profesional, y también las exigencias exageradas de la industria del ocio, traen consigo unas obligaciones excesivas, así que lo único que se desea por la noche es descansar, distraerse de los problemas cotidianos, y no esforzarse nada más. Todo esto puede llevar a una cierta "enajenación" psicológica y espiritual, a la superficialidad de una persona que vive sólo en el momento, para las cosas inmediatas. En nuestra sociedad de bienestar tan saciada, con frecuencia, resulta muy difícil detenernos a reflexionar. Y resulta todavía más difícil hablar en serio con otra persona. ¿Cómo se puede transmitir las propias convicciones si no se tiene ningunas?
Huir en el mundo virtual
Con frecuencia, conocemos mejor a los protagonistas de una determinada serie televisiva que a nuestros vecinos más cercanos; escribimos mails a nuestros colegas de las oficinas de al lado, en vez de mirarlos en la cara. Aparte del internet, la televisión es actualmente, sin duda, la fuente principal de información y deformación. Consumimos noticias de todo el mundo, talkshows y películas sin parar. No son pocas las casas en las que la televisión está encendida todo el día, incluso durante las comidas. Esto, obviamente, dificulta la conversación. Hay estudios que dicen, en sus conclusiones, que los niños europeos ven una media de cuatro horas diarias de televisión. En Estados Unidos, parece que ven todavía más, hasta seis horas al día, según las investigaciones del especialista Milton Chen, de San Francisco. Así cuando un chico empieza la enseñanza media, ha visto 18.000 horas de televisión y ha pasado 13.000 horas en la escuela. Su cabeza está llena de imágenes.
Pero incluso el más ávido telespectador se ve apartado, de vez en cuando, de su pantalla, y tiene que enfrentarse con la realidad de la vida cotidiana. Entonces se encuentra inmerso en un mundo inevitablemente menos emocionante que aquél de las imágenes. La vida diaria puede resultar lenta y aburrida; normalmente no es tan dinámica como una película. Es comprensible que se pueda tener ganas de huir, volver cuanto antes al mundo fantástico de la televisión, y no se quiera salir de él. Así, la televisión puede llegar a ser una droga. Somos nosotros los que hacemos de ella una de las múltiples "drogas electrónicas". Hace pensar que exista también la televisión tamaño-casete que se puede llevar en un transporte público, para no estar solo consigo mismo, ni quince minutos.
Tener un exceso de información
Un exceso de información puede ser otro gran impedimento para pensar. Vivimos en la era de los medios de comunicación de masas. Recibimos una inmensa cantidad de información. Quien intenta acceder inmediatamente a toda la información de los cinco continentes, quien no se pierde ninguna tertulia televisiva, ningún chat ni comentario político, o suele ver una película tras otra, puede convertirse en una especie de robot. Con frecuencia no tenemos ni tiempo, ni fuerzas suficientes para asimilar toda la información recibida. Además, absorbemos inconscientemente muchos miles de datos, cuando, por ejemplo, nos paseamos por el centro de una ciudad.
II. En busca de soluciones prudentes
¿Cómo actuar en esta situación? Hay una pequeña anécdota ilustrativa que se cuenta de la escritora alemana Ida Friederike Görres. Una vez, en los años cincuenta del siglo pasado, le preguntaron qué hacía para tener siempre ideas tan originales y saber juzgar con tanta claridad la situación de la sociedad. Respondió: "No leo ningún periódico. Así puedo concentrar mis fuerzas. De lo importante ya me enteraré de todas maneras" Naturalmente, esta postura es muy discutible y, en principio, no es digna de imitación. Pero sí puede invitarnos a reflexionar. Hoy, varias décadas más tarde, se ha multiplicado enormemente el volumen de la información que recibimos cada día, a la vez que se ha especializado. Los conocimientos de la humanidad se duplican cada cuatro años [1]. Será difícil para una persona llegar a tener convicciones propias sin una cierta "actitud distante" con respecto a los medios de información. El escritor ruso Dostoievski afirma: "Estar solo de vez en cuando, es más necesario para una persona normal que comer y beber" [2].

Evitar posturas defensivas
Es comprensible que algunas personas adopten una postura defensiva: prohíben a sus hijos ver la televisión, o ni siquiera quieren tener un aparato en su propia casa. Este planteamiento radical puede ser enriquecedor para la vida de familia y la propia cultura [3]. Sin embargo, no parece que sea el más apropiado para los retos de nuestro tiempo: el proyecto cultural no puede prescindir de la aportación del cine ya que éste asume un papel de primer plano, porque constituye el punto de encuentro entre el mundo de las comunicaciones sociales y otras formas culturales. Con controles y censuras, hoy en día, prácticamente no se consigue nada. Un alumno puede acceder por cable o satélite a todas las informaciones que quiera; puede ver los programas más nocivos en los bares, autobuses o tiendas, en las casas de los amigos o en la propia casa, cuando los padres están fuera (aparte de que casi la mitad de los adolescentes en Occidente tiene su televisión propia). Cuentan de una buena señora que había discutido mucho con sus hijos acerca de una determinada película, llena de escenas de brutalidad y violencia: los hijos querían verla, los padres lo prohibieron. El día en que salió esta película en la televisión, la señora tenía que acompañar a su marido a una cita importante. Como no estaba segura de si los hijos iban a obedecer o no, llevó la televisión consigo en el coche. Y los hijos vieron la película en casa de los vecinos.No se consigue nada con prohibiciones. La meta no puede ser una simple renuncia. Esto es utópico y poco atractivo. Hace falta un esfuerzo más grande, que consiste en ayudar a los hijos, con argumentos sólidos, a utilizar bien la televisión: a tomar una actitud crítica positiva ante ella y descubrir sus ventajas y desventajas.La televisión no es un enemigo; no es necesariamente una "caja tonta". Puede ser un buen amigo, un instrumento eficaz al servicio de la cultura y de la educación. Uno de los directores de la televisión alemana suele decir: "La televisión hace a los listos más listos y a los tontos más tontos" [4]. Conviene aprovecharla bien. Para lograrlo, es aconsejable ver junto con los educandos la televisión, y conversar después sobre lo que se ha visto. Así el aparato tan temido por algunos puede convertirse realmente en un "co-educador", en el sentido más pleno de la palabra.
Puede abrir nuevos horizontes y transmitir auténticos valores. Se puede descubrir también la propia responsabilidad por los programas, escribiendo cartas al director, haciendo sesiones de trabajo. De este modo cada uno puede salir del anonimato y de la pasividad, tan propios a la sociedad de consumo. Cada uno puede contribuir a buscar "una televisión con rostro humano": es decir, una televisión a la medida del hombre, y no un hombre a la medida de la televisión.
Adaptarse a la situación actual
En efecto, hace falta dar no sólo a los medios electrónicos, sino a toda la sociedad "un rostro humano". El primer paso para conseguirlo consiste en ser nosotros mismos verdaderamente "humanos", es decir, en vivir a la altura de nuestras posibilidades, esforzarnos por "ser quienes somos" —ni autómatas, ni marionetas— y abrirnos a los demás.La globalización ha conducido a un gran cambio cultural en muchos ambientes tradicionalmente homogéneos. Pero esto no debe llevarnos al desconcierto. No puede ser que, en algunos círculos conservadores se vean personas preocupadas y agobiadas que añoran tiempos pasados. Pues una de las características fundamentales del mundo es su constante hacerse. Vivimos hoy de un modo distinto al que se vivía hace veinte, cincuenta o quinientos años. Nuestro tiempo no es un camino exterior por el que corremos, nuestro tiempo somos nosotros: es nuestro modo de ser y de ver la realidad, es nuestra mentalidad, son las experiencias que hemos tenido y la formación que hemos recibido, son nuestras sensibilidades y nuestros gustos y todas nuestras relaciones humanas.Quien quiere influir en el presente, tiene que tener una actitud positiva hacia el mundo en que vive. No debe mirar al pasado, con nostalgia y resignación, sino que ha de adoptar una actitud positiva ante el momento histórico concreto: debería estar a la altura de los nuevos acontecimientos, que marcan sus alegrías y preocupaciones, sus ilusiones y decepciones, y todo su estilo de vida. "En toda la historia del mundo hay una única hora importante, que es la presente," dice Dietrich Bonhoeffer [5]. Los cambios de mentalidad invitan a exponer las propias convicciones de un modo distinto que antes, para que puedan comprenderlas también aquellos que no los comparten. A este respecto comenta un escritor español: "Naturalmente, yo no estoy dispuesto a modificar mis ideas por mucho que los tiempos cambien. Pero estoy dispuesto a poner todas las formulaciones externas a la altura de mis tiempos, por simple amor a mis ideas y a mis hermanos, ya que si hablo con un lenguaje muerto o un enfoque superado, estaré enterrando mis ideas y sin comunicarme con nadie" [6].
Abrirse al mundo
Cualquier persona, por erróneos que nos parezcan sus planteamientos, participa de alguna manera de la verdad: lo bueno puede existir sin mezcla de lo malo; pero no existe lo malo sin mezcla de lo bueno [7]. Por tanto, podemos aprender de todos. Si queremos comprender nuestro mundo, hemos de ampliar continuamente nuestro horizonte, profundizar en la verdad que hemos alcanzado, y buscarla allí donde puede encontrarse, esto es, en todas partes. En otras palabras, debemos estar dispuestos al diálogo, especialmente con aquellos que son distintos a nosotros.Esta actitud —aparte de contribuir al bienestar de los demás (que se sienten apreciados)— facilita también el propio crecimiento. La situación es comparable a la de una persona que vive algún tiempo en el extranjero. Cuando vuelve al propio país, se da cuenta de que ha aprendido mucho: ve lo mismo de siempre, pero lo ve con otros ojos; puede distinguir ahora mejor entre lo esencial y lo accidental y ha adquirido cierta flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones. Por esta razón, en muchas empresas se prefiere dar el empleo a personas que tengan "experiencia en el exterior"; e incluso, muchas veces da lo mismo en qué país han vivido. Lo importante es que hayan estado fuera de su patria y hayan regresado.
III. Características del diálogo
Un diálogo no es una simple conversación, sino que es un encuentro entre dos (o varias) personas en un clima de amistad. Es una conversación hecha con un espíritu de apertura, comprensión y "benevolencia", en la que cada uno se muestra al otro tal como es y acepta al otro tal como es. Así, cada uno se enriquece con la parte de la verdad que viene del otro, y sabe integrarla armónicamente en su propia visión del mundo.
Un clima de amistad
En ocasiones, nos comportamos de un modo poco natural: nos cerramos ante los demás. En nuestra cultura aprendemos pronto a ser "fuertes" y a "defendernos" en la selva de la vida. La vulnerabilidad es peligrosa y por tanto prohibida. Tendemos a esconder sutilmente nuestras sombras y nuestros miedos, nuestras necesidades y debilidades. Algunos consiguen con este comportamiento un determinado reconocimiento social, pero pagan por ello un gran precio: niegan su propia humanidad, y renuncian a una vida en libertad.Si una persona se esconde detrás de una muralla gruesa, no está ni en contacto consigo misma, ni tampoco le será posible entrar en contacto con otros. Para lograrlo, es indispensable "desarmarse", aceptar que soy vulnerable, reconocer los propios bloqueos, fisuras y deficiencias.Quien ha encontrado su identidad, es una persona fuerte. No necesita ofender al otro para mostrar la propia superioridad. Es sereno, pacífico y generoso. Y cuanto más firmes son las propias convicciones, más flexible y acogedora puede ser la persona. Es como un árbol con raíces profundas, que da sombra, apoyo y alivio a quien lo busque.Cuando se empieza a dialogar, cada uno debe ver lo bueno en el otro, según aconseja la sabiduría popular: "Si quieres que los otros sean buenos, trátales como si ya lo fuesen." Donde reina el amor, no hace falta cerrarse por miedo de ser herido. Por esto, es tan importante mostrar simpatía y cariño, si queremos entrar en contacto con los demás. Amar no consiste simplemente en hacer cosas para alguien, sino en confiar en la vida que hay en él. Consiste en comprender al otro con sus reacciones más o menos oportunas, sus miedos y sus esperanzas. Es hacerle descubrir que es único y es digno de atención, es ayudarle a aceptar su propio valor, su propia belleza, la luz oculta en él, el sentido de su existencia. Y consiste en manifestar al otro la alegría de estar a su lado.Si una persona experimenta que es amada por lo que es, sin necesidad alguna de mostrarse competente o interesante, se siente segura en presencia del otro; desaparecen las máscaras y las barreras tras las que se ha escondido. Ya no hace falta ni demostrar ni retener nada; ya no hace falta protegerse. Cuando alguien adquiere la libertad de ser él mismo, se vuelve amable. Surge en él una vida nueva que le da una sana autonomía.

Conocer al otro
Para poder amar, hay que conocer. A veces, tenemos ideas bastante desfiguradas acerca de las tradiciones y costumbres de los ciudadanos extranjeros, y hacemos juicios injustos sobre sus planes e intenciones. En ocasiones, ignoramos completamente las razones que los mueven. Así, podemos inconscientemente y por falta de conocimientos contristar e incluso herirlos. Por ejemplo, la abstención de ciertos alimentos —en el caso de los musulmanes o judíos— puede parecernos caprichosa, si no consideramos la motivación religiosa que está en el fondo de este comportamiento.Conviene tener en cuenta la disposición de ánimo de los demás, saber lo que quieren y lo que rechazan. Por eso es preciso estudiar su historia y cultura, su religión y vida espiritual, y hasta la psicología de su pueblo. ¿Conocemos todo lo que hay de bello y precioso en las otras culturas?Pero para comprender a otra persona, necesitamos más que un conocimiento meramente libresco. Hace falta un conocimiento por simpatía, que llega más lejos que cualquier teoría, por muy acertada que sea: una madre conoce, ordinariamente, mejor a su hijo que un grupo de pedagogos.El conocimiento por simpatía se logra en la convivencia, en el trato directo, en la mutua colaboración. En Alemania, durante varios siglos, los cristianos católicos y los evangélicos solían vivir en regiones distintas, frecuentar colegios diversos, eran muy pocos los matrimonios entre personas de distinta confesión y, en general, evitaban cualquier contacto personal. Así, unos construían de otros una imagen cada vez más falsa y menos acorde con las exigencias mínimas de la justicia. Pero cuando, durante la Segunda Guerra Mundial, los "hermanos separados" se encontraban de repente juntos en los campos de concentración del "Tercer Reich", luchando por la misma causa y dispuestos a morir —conjuntamente- por su fe en Jesucristo, entonces "comenzó el ecumenismo en Alemania" [8]. Los católicos y los evangélicos descubrieron que tenían mucho en común, empezaron a apreciarse mutuamente y, favorecidos por los grandes desplazamientos de población después de esta horrible guerra —las expatriaciones y traslados forzados-, se pusieron a trabajar juntos. El encuentro existencial entre ellos les había revelado la falsedad de muchos de sus esquemas mentales.
Respetar al otro
El hecho de ser distintos constituye una gran riqueza y es, en principio, una fuente de aprendizaje continuo. Las diferencias no pueden ser negadas; no necesitan ser niveladas. Cada hombre es original y tiene el pleno derecho a serlo. Se ha llegado a decir que la capacidad de reconocer diferencias es por antonomasia la regla que indica el grado de cultura e inteligencia del ser humano. En este contexto podemos recordar un antiguo proverbio chino, según el cual "la sabiduría comienza perdonándole al prójimo el ser diferente." No es una armonía uniforme, sino una tensión sana entre los respectivos polos la que hace la vida interesante, le da profundidad y anchura, le da color y relieve.Actualmente, tenemos un convencimiento más firme que en otras épocas de que cada hombre tiene el derecho de ser él mismo el protagonista de su vida; goza de una honda libertad para decidir su destino (que puede considerarse el núcleo de su intimidad). No podemos, bajo ningún pretexto, destruir ese espacio íntimo. Es esto lo que se intenta cuando se impide a alguien vivir según sus convicciones más profundas. Puede ser que esta persona realice objetivamente un mal, pero si lo hace "libremente" y siguiendo su luz interior, es mejor que cuando hace un bien de un modo forzado [9].Esta actitud de profundo respeto lo manifestó, por ejemplo, el último rey polaco de la estirpe de los Jajhelloni. En los tiempos en que en Occidente tenían lugar los procesos de la Inquisición y se encendían hogueras para los herejes, este rey dio pruebas de la tolerancia cuando aseguró a sus súbditos: "No soy rey de vuestras conciencias" [10].
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la actitud de respeto es más que mera tolerancia. Mientras la tolerancia proporciona solamente el margen (necesario) para una convivencia posible entre los hombres, el respeto apunta a la relación misma entre ellos y al desafío que supone la vida de uno para los demás. El hecho de que "la verdad se conoce por la fuerza de la misma verdad", no significa sólo la descalificación de todos los actos contrarios a la libertad y al aprecio de las decisiones del otro. Implica igualmente la responsabilidad, para todas las personas, de buscar el sentido completo de la existencia, cada una en la medida de sus posibilidades individuales.Pero en lo relativo a los demás, el primer deber consiste en respetar las decisiones que ellos toman acerca de su vida. No debemos reprocharnos mutuamente estrechez de ánimo, hipocresía o una intencionalidad poco noble. No debemos poner etiquetas ni clasificar a nadie.Sólo cuando uno trata de comprender al otro, se puede crear un clima de confianza. Y sólo cuando uno se muestra abierto hacia las personas que piensan de modo distinto, que hablan otras lenguas, que creen, piensan y actúan de modo diferente, se puede preparar un acercamiento mutuo. La delicadeza se refleja, no en último lugar, en el vocabulario. Lleva a eliminar palabras, juicios y actos que no sean conformes, según justicia y verdad, a la condición de los demás, y que, por tanto, pueden hacer más difíciles las mutuas relaciones con ellos.Es conocido el extraordinario respeto que mostraba Tomás de Aquino hacia sus adversarios. Incluso cuando este gran filósofo de la Edad Media estaba completamente en desacuerdo con alguien, explicaba la idea contraria con los términos más favorables, claros y objetivos que le fuera posible, procurando no distorsionar el argumento con el fin de facilitar la prevalencia de su propia posición. En ocasiones demostraba tal imparcialidad a la hora de formular las posturas de los demás que las hacía parecer razonables y posibles; incluso, a veces, exponía las teorías con más convicción que sus instigadores [11].
Dar a conocer la propia identidad
Una persona que actúa según esta espiritualidad de diálogo, intenta dar a conocer todo lo que piensa, con claridad y suavidad, y adaptado a las circunstancias de cada caso. No busca compromisos baratos, sabiendo que no hay nada tan ajeno a la paz como una actitud relativista o indiferente ante la verdad. Por lo contrario, quiere hacer participar a los demás de las soluciones que ha encontrado.Asimismo, para ganar en sinceridad en cualquier relación humana, es conveniente y necesario, dar a conocer la propia identidad. El otro quiere saber quién soy yo, y yo quiero saber quién es él. Si hacemos amistad con una persona de otra raza o nación, otro partido político o confesión religiosa, nos interesa realmente lo que piensa y cree. Si reprimimos las diferencias y nos acostumbramos a callarlo todo, previa conformidad tácita, tal vez podamos gozar durante algún tiempo de una armonía aparente. Pero en el fondo, nos moveríamos en un ambiente de confusión. No nos aceptaríamos mutuamente tal como somos en realidad, y nuestra relación se tornaría cada vez más superficial, más decepcionante, hasta que, antes o después, se rompería. En cambio, cuando seguimos cada uno fielmente nuestras propias convicciones, puede parecer, en ciertas circunstancias, que tenemos poco en común, que estamos bastante alejados los unos de los otros. Pero interiormente nos parecemos mucho más que cuando nos juntamos en acuerdos superficiales y dejamos de lado la pregunta por la verdad. Si cada uno sigue su propia luz interior, nos encontramos unidos en lo más hondo de nuestro ser. Tenemos la misma actitud fundamental que es la fidelidad a la propia conciencia. Existe entre nosotros una unidad no plenamente visible, pero sumamente real. Es tan real como la amistad que nos une.
Enriquecerse mutuamente
El diálogo consiste en dar y recibir; significa que ambas partes se escuchan atentamente, con ánimos de aprender, ya que "en todo comentario serio de un oponente se expresa una de las muchas facetas de la realidad" [12].
Es preciso distinguir entre lo fundamental (en lo que no podemos ceder sin cambiar nuestra identidad) y lo accidental (en lo que caben muchas opiniones distintas). El tener una sola postura, en cosas accidentales, es propio de ideologías. John Henry Newman comenta al respecto: "Siempre ha habido posturas diferentes... (en la vida intelectual y espiritual), y siempre las habrá. Si se terminaran para siempre, sería porque habría cesado toda vida espiritual e intelectual" [13]. Y Kierkegaard afirma que una persona se convierte en aburguesada, si absolutiza las cosas relativas [14].Es enriquecedor conocer los pensamientos de los otros. Así se pueden corregir algunas posturas propias que tal vez se han vuelto exageradamente rígidas. En este sentido advierte San Agustín: "Que ninguno de nosotros diga que ya ha encontrado la verdad. Vamos a buscarla de tal manera, como si fuera desconocida para los dos. Entonces podemos buscarla con suma diligencia y caridad. Para ello es necesario que nadie piense arrogantemente que ya ha encontrado la verdad" [15].Así, al final de un diálogo, nunca habrá un vencido y un vencedor; en el mejor de los casos encontraremos a dos (convencidos por la verdad).Nota finalEl diálogo nos exige buscar la propia identidad y superar aversiones y polémicas. Es un camino hacia la madurez y la paz. No siempre es fácil, pero nos ayuda a abrir las puertas (en vez de cerrar las fronteras) y a ver lo bueno en los demás (en vez de reprocharles su modo de ser diferentes). Aunque se producirán malentendidos y sufriremos decepciones, mientras los hombres vivan sobre la tierra, a través del diálogo podemos acercarnos, siempre de nuevo, al otro. Por esto es tan importante educar en el arte de practicarlo.
Jutta Burggraf, profesora de la UNAV
Notas[1] Cf. P. HAHNE, Schluss mit lustig. Das Ende der Spassgesellschaft, Lahr/Schwarzwald 2005, p.119.[2] F. M. DOSTOIEVSKI, cit. en Anselm GRÜN, 50 Engel für das Jahr, Freiburg-Basel-Wien 2000, p.53.[3] Así, por ejemplo, Tonino GUERRA, el "poeta" que inspiraba al gran director de cine Federico Fellini, lanzó hace algún tiempo una provocación atrevida: "Apaguemos todos los televisores durante un año, verán cómo los valores, la fantasía y la espiritualidad renacerán en el corazón de todos." Cf. Las sanas provocaciones del Festival del Cine Espiritual, Agencia internacional "Zenit", 19-XI-1998.[4] H. GIESECKE, Wozu ist die Schule da? Die neue Rolle von Eltern und Lehrern, 2ª ed. Stuttgart 1997, p.38.[5] D. BONHOEFFER, Predigten, Auslegungen, Meditationen I, 1984, pp.196-202.[6] J.L. MARTÍN DESCALZO, Razones para la alegría, 8ª ed., Madrid 1988, p.42.[7] TOMÁS DE AQUINO, Summa theologiae I-IIae q.109, a.1, ad 1.[8] W. KASPER, Ein Herr, ein Glaube, eine Taufe, en "Stimmen der Zeit" (2002/2), p.75.[9] Cf. R. BUTTIGLIONE: Zur Philosophie von Karol Wojtyla, en Johannes Paul II., Zeuge des Evangeliums, ed. por St. HORN y A. RIEBEL, Würzburg 1999, pp.36 y39.[10] JUAN PABLO II, Cruzando el umbral de la Esperanza, Barcelona 1994, p.160.[11] Cf. J.PIEPER, Guide to Thomas Aquinas, Notre Dame/Indiana 1987, p.77.[12] Ibid., pp. 83s.[13] J. H. NEWMAN, cit. por J. L. MARTÍN DESCALZO, Razones para el amor, Madrid 1991, p.47.[14] S. KIERKEGAARD, cit. en P. HAHNE, Schluss mit lustig. Das Ende der Spassgesellschaft, cit., p.73. 15 SAN AGUSTÍN, Contra epistolam quam vocant fundamenti, Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum 25, 195.

la belleza de ser persona

Tuve un profesor que se emocionaba cada vez que nos "increpaba cariñosamente" a ser y comportarnos como personas... Nada -según él- nos haría tan felices como eso. Inmediatamente nos señalaba características: mansedumbre, laboriosidad, sacrificio, prudencia, bondad, alegría...
O sea, que para ser reliz "hay que atarse el cinturón". El problema es que en esta sociedad de consumo feliz parece que es el que compra. Vas por un mp3 y te sacan 200; no digamos en ropa, coches -¡incluso en exprimidores!- Joer, cualquier día aparecen neumáticos Lacoste.
Nos gusta ser felices, pero en el momento. Vivimos como si mañana nunca fuera a llegar. Somos de goce rápido. Sentimentalistas y melancólicos. Aquí te pillo, aquí te mato. Pero nos cansamos de luchar cada día por una meta que no sabemos seremos capaces de conquistar. "Los honestos son inaptados sociales" decían le Luthiers que aseguraban "lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe." Yo ese teléfono no lo tengo -como me imagino que la mayoría- por eso me/nos tocará trabajar, seguir adelante, confiar en los que podamos y seguir construyendo un proyecto, que es mi vida, con los mejores cimientos posibles.
La verdad que esto podía ser más fácil. Es verdad que tenemos bastantes oportunidades -ya las quisieran medio mundo-, pero a veces ni nos damos cuenta de lo que tenemos.
¿Vivir para ser persona? ¿Vivir como me apetezca? ¿Vivir con pecadillos? ¿Vivir por un ideal?
¿Vivir por... ? A ver si seguís añadiendo vosotros!!!

lunes, 15 de junio de 2009

todo depende de cómo lo mires...

“Un viajero se aproximaba a una gran ciudad y preguntó a una mujer que se encontraba a un lado del camino: “¿Cómo es la gente de esta ciudad?”. “¿Cómo era la gente del lugar de donde vienes?”, le preguntó ella a su vez. “Terrible, mezquina, no se puede confiar en ella… detestable en todos los sentidos”, respondió el viajero. “¡Ah! –exclamó la mujer-, encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges.”
Apenas había partido el primer viajero cuando otro se detuvo y también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad de donde provenía. “Era gente maravillosa; honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido que partir.” declaró el segundo viajero. La sabia mujer le respondió: “lo mismo hallarás en la ciudad a donde te diriges.”
La historia es sabia. O por lo menos transmite experiencia. En Irán han ganado los que llaman "fundamentalistas" -ellos, muy contentos; los otros, indignados-. A ver qué pasa...
Es verdad que la vida es mucho más complicada que este cuento, no todo depende de cómo lo descubras o afrontes, pero las actitudes siempre ayudan. Por eso tenemos que estar a la altura de las circunstancias, "la mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta" (Chesterton). Cada uno podremos construir nuestra vida desde parámetros diferentes, pero tenemos que encontrar un nexo común que todos compartamos: ¿derecho natural? ¿"Bondad" natural? ¿democracia?
Sería una buena cosa intentar ponerle nombre... A ver si llegamos a un acuerdo. Todo depende de cómo lo mires...

sábado, 13 de junio de 2009

El peligro del fundamentalismo de unos y otros

Elecciones en Irán.
Con interés seguimos las elecciones presidenciales de la antigua Persia. Por un lado el actual presidente amparado por el sector más "duro" de los clérigos, por otro el lado reformista y moderado amparado por el gran Obama.
Pero no nos engañemos. A Occidente no le interesa Irán. Sólo interesa su poder nuclear. Como de Kuwait sólo le interesaba el petroleo. Decir Irán de Jomeini es retrotaernos a la edad de las cavernas: burka, escuelas coránicas, discriminación de la mujer, predominio de lo masculino... Pero la gente les vota ¿por qué? Es la pregunta que me hago estos días.
Obama quiere una Persia ¿libre? de fundamentalismos... No, quiere mejor una Persia llena de "euroamericanismo": un Irán liberal, moderno, "normalizado"... ¿Quién nos otorga esa 'normalidad'? ¿EEUU? ¿ONU? Al final, éstos se mueven por intereses, no hay más que mirar lo que fue de Ángola, Taití, Afganistán... Donde van con sus mensajes de Peace and Love la joden...
¿Es mejor dejar a cada nación que siga su camino? El peligro son los dictadores de turno, está bien un organismo que pueda poner límites... ¿pero quién pone los baremos a ese organismo? ¿los ZP de turno con sus alianzas de civilizaciones? Encima lo peor es que si no defiendes ese reformismo "democrático" entras a engrosar las filas de los clérigos y adláteres fundamentalistas de Mahoma, Alá, Cristo, Vaticano o quien se ponga por delante... ¡A fundamentalistas no hay quien les gane!
Vivimos en un mundo extraño. Hay libertad, pero cuidado con lo que haces. Cada pais tiene su autonomía, pero ten cuidado donde pisas; hay paises de 1º 2º y 3º: depende del petroleo, gas, recuersos naturales que poseas... Nigeria, Etiopía y muchos más no interesan...
¿Qué hacer? ¿La revolución? Estaría bien, ¿no? Ja, ja, ja...
Lo mejor será empezar por nosotros ["Haz lo que creas justo. Lo demás vendrá por sí solo", escribía Goethe]. Gandhi lo intentó con la India... "Cuando las personas tienen libertad para hacer lo que quieren, por lo general comienzan a imitarse mutuamente" (Francoise Sagan). Esperemos que sea para lo bueno...
Buen día!

jueves, 11 de junio de 2009

¡Sólo apto para valientes!


Situamos nuestra acción en Nueva York. Una multinacional ha construido dos grandes rascacielos como símbolo de su potencial económico. Para inaugurarlos piensan en algo que les dé mucha publicidad: acuerdan contratar a un famoso equilibrista para que cruce los 30 metros que separan ambos rascacielos. De paso el equilibrista entraría en el libro “guinnes” de los récords.

Allí empieza la función. Ante el asombro de la multitud presente se extendió una cuerda que completó desde la azotea la distancia entre los dos edificios. Entre los aplausos del público apareció el equilibrista: “¡Gracias por venir! Gracias por confiar en mí, con vuestro apoyo seguro que esto será más fácil.” La gente aplaudió a rabiar; él extendió su barra de equilibrista y en un momento cruzó por aquella cuerda. “¡Gracias a todos esto ha sido posible!” La gente seguía aplaudiendo. “Ahora voy a volver a cruzarla, pero esta vez sin barra…” El público se sorprendió, pensando que esta vez si sería muy peligroso, pero una vez más pudo cruzar guardando el equilibrio con sus brazos. El estallido de aplausos, vítores, aclamaciones fue general. El equilibrista estaba en pleno apogeo, era un éxito rotundo. “Pues ahora viene lo mejor: ¡voy a volver a cruzarla pero esta vez voy a hacerlo llevando un carretillo por la cuerda!” La gente pensó que el éxito se le había subido a la cabeza, y se comenzaron a reírse de él. “Ya sé que podéis pensar que estoy loco, pero con que sólo uno de vosotros confíe en mí yo podré hacerlo. Sólo necesito el apoyo de uno de vosotros!” Entre el público todos se miraban unos a otros y enseguida saltó un espontáneo que le gritó: “¡Ánimo, yo te apoyo, yo estoy contigo!”. El equilibrista, contento por el apoyo, le contestó: “Gracias, amigo, por apoyarme. Ahora sólo necesito que subas hasta la azotea y que te subas a la carretilla para cruzar juntos la cuerda.”

La Historia cambia. Hoy es la Vida misma quien te invita a subir a estos rascacielos. A uno lo llamaremos “vida ordinaria” y al otro “la fuerza necesaria para afrontarla” ¿Es posible unirlos? Necesitamos la confianza, el fiarse absolutamente de los demás. Por eso vamos nosotros a intentar dar esos tres “pases”…

No es difícil confiar. La vida nos enseña que no todo es tan fácil como podíamos pensar. Creemos que nos vamos a comer el mundo, que no va a existir problema que pueda con nosotros, pero cuando menos nos lo pensamos viene el golpe de realidad. Todos hemos necesitado un brazo que se apoyara en nuestros hombros para darnos ánimo, esperanza, coraje. Todos lo hemos experimentado en un amigo, en un familiar...

El problema es cuando en este segundo viaje se nos pide que lo hagamos sin la barra de equilibrio… Necesito mis “flotadores” para no hundirme: mis juicios, mis criterios, lo que yo pienso, lo que yo digo, mi forma de ser. Si creemos que los demás nos pueden ayudar lo tenemos que demostrar. No es tan fácil dejar esa barra en el otro edificio, es difícil fiarse completamente de los demás porque no sabemos qué nos va a esperar en esa cuerda. Pero si nunca lo intentamos nuestra confianza/amistad se habrá quedado en “la historia que nunca fue y pudo haber sido”. O fiarme un poco más de los demás o fiarme de mis “criterios”…

Cuando hemos dado este paso nos queda el último, el del Joven Rico que enseña el Evangelio que nos leen en las Misas: “anda, vende todo lo que tiene, dáselo a los pobres y luego sígueme…” Es cuando me doy cuenta de que no soy tan libre como creía: soy esclavo de mi mismo, de lo que tengo, de lo que hago, de lo que piensa la mayoría, de lo que dicen. "Dios"(la Vida) me quiere libre, con el corazón en el pecho y no en mis cosas, con la cabeza sobre los hombros y no en imaginaciones de lo que podría haber sido y nunca fue.

¿Qué necesitamos? Valentía y confianza.
¿Estamos dispuestos a cruzar los rascacielos?

miércoles, 10 de junio de 2009

Prisa por vivir

Hay una cita que me gusta especialmente: “La humanidad corre, jadea, lanzada hacia el futuro, como galgo en pos de la liebre: sin pensar que la velocidad tiene sus límites biológicos, allende los cuales la vida misma es imposible. Y lo trágico del caso es que precisamente esa prisa devoradora aparece hoy como el símbolo más auténtico del progreso. La humanidad se cree obligada, moralmente obligada, a correr hasta romperse el corazón” (Manuel García Morente, Ensayo sobre el progreso)
Hemos creído que podíamos con todo, pensamos que la vida no tendría dificultades para nosotros: que si seríamos capaces de vencer las dificultades; que nada podría conmigo y tanto empeño pusimos, tanta prisa nos quisimos dar que nos olvidamos de vivir. Y la vida nos enseñó su lección más amarga, me hizo reconocer mi limitación, mi hechura de barro; hizo mías las palabras del pensador: “En el corazón del hombre hay muchas cavidades que desconocemos hasta que viene el dolor a descubrírnoslas” (León Bloy). Hemos corrido, luchado, avanzado en la gran pelea de la vida y hemos perdido en ese camino lo esencial.
¿Quién de nosotros nunca se ha sentido cansado?¿Angustiado?¿Preocupado? ¿Necesitado? ¿Quién no ha aprendido a llorar de impotencia? ¿Quién no se ha quedado alguna vez sin palabras? ¿Quién no ha caído bajo el tentador: “piensa mal y acertarás”?
Necesitamos recuperar lo "humano", liberarnos de las cadenas que la sociedad de progreso y consumo nos mete por el pescuezo... ¡¿Dónde hay un hombre?! clamaba Diógenes
¿Podremos tú yo decirle: ¡aquí!?

martes, 9 de junio de 2009

¡¿Por qué no te callas?!

Seguramente alguna vez nos habría "prestado" soltarle la real frase a algún pedante de turno. Vivimos en un mundo de imagen, de rapidez: miles de imágenes pasan por los cientos de canales de televisión cada día. Por eso aborrecemos -y nos aburren- cada día más los pesados.
Esos que te tienen horas y horas de pie en la calle, que te los encuentras en el bar o que te llaman por teléfono, sacando siempre el mismo propósito: alterar el recorrido, cambiar de bar y grabar su número para no volver a descolgar por descuido.
Cada día nos aislamos más: por internet ya se hace casi todo; en unos años ya podremos hasta casarnos. Es verdad que cada vez nos sabemos menos nombres, lo que importa es nuestra IP. Ya somos tres generaciones contemporáneas: la de los abuelos que no callan, la nuestra embobada ante el dios ordenador y los que van llegando que no paran. Es un conflicto: palabra vs. ordenata, vida vs. vegetar.
Hoy nos advierten del gran peligro de nuestra sociedad: el sedentarismo, por tanto, la obesidad. Es la gran plaga de nuestro siglo... ¡¿pero nadie se da cuenta del placer que da?! Una buena paella, un buen vino, un azucarada pastelada... "un segundo en la boca, toda la vida en el culo" se alientan las mujeres en su lucha contra el michelín...
No sé, este mundo va regular. No hablamos, engordamos, no nos movemos... ¿pero no somos felices? Ya lo dice el refrán: la danza sale de la panza; por eso no hay mejor temporada que el invierno, también lo dice el refrán: la capa todo lo tapa...
Pues nada, cubrámonos con la capa de la modernidad...

sábado, 6 de junio de 2009

entramos en expectativa...

Por fin el silencio...
Se acabó esta campaña electoral parecida más a un patio de marujas que a un planteamiento serio de la realidad: ¿para qué sirve el europarlamento? ¿qué hace un europarlamentario en Bruselas? ¿porqué se han subido el sueldo en época de crisis?
Es verdad que como decía un amigo "esto degenera pa peor". Mañana no sé si iré a votar; si voy seré complice de este sistema, pero si no voy no tendré derecho a quejarme. El problema continua: y si voy ¿a quién votar?
"Pienso, luego existo" decía Descates (Cogito ergo sum)... Voto, luego soy demócrata; voto, luego soy europeísta; voto, luego soy cómplice de un parlamento que en estas elecciones nadie nos ha tratado de explicar para qué sirve... Eso sí, de los trajes de Camps, los Planetas de Pajín, la Inquisición de Obama nos hemos enterado todos...
Sólo me queda preguntarme: ¿es esto política? ¿es esta la herencia de la "demos" griega?. Y lo peor ¿tendrá límite esta degradación? ¿Quién le pondrá el cascabel al gato? La morralla progresistoide enseguida gritaría: ¡¡¡El pueblo!!! Pero me parece que esta vez no. Vivimos como los romanos: "pan y circo" y todos contentos ¿para qué protestar sino sirve de nada y sólo ganas problemas?
¿A quién votar? ¿Ir a votar o no? ¿quemarme a lo bonzo a ver si alguien cambia esto? ja, ja, ja...

viernes, 5 de junio de 2009

¿Nos están tomando el pelo?

Mira que Kant es enrevesado. Lo que más me llamaba la atención cuando estudiaba su filosofía era su puntualidad: ¡sus vecinos ponían en hora los relojes cuando él paseaba! Se ve que era muy dinámico el tío. Me imagino que será más leyenda que realidad.
Tengo una frase guardada que siempre me gustó. Se ve que a pesar de ser un intelectual estoico, tenía su corazoncito: "Obra de tal manera que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca realmente como un medio."
¿A qué viene esto? Sencillo.
Escucho hoy por la radio que nuestro superconcejal Zerolo ha "bautizado" civilmente en Madrid -o sea, ha dado la bienvenida a la ciudadanía- al hijo de Cayetana Guillén Cuervo, que así se ve "libre del yugo de la Iglesia". Cojona, casi me sale el café por las orejas... Vamos a ver: si te sientes libre de ese yugo ¿para qué lo mentas? "Excusatio non petita, acusatio manifesta" decíamos en latín macarrónico de 1º... Me preocupan más bien poco los bautizos por la Iglesia o por el Ayuntamiento, pero lo que me parece ridículo es calcar las ceremonias centenarias de una institución para "satisfacer una necesidad ritual" de los que ansían liberarse de yugos, flechas y sotanas. No seamos ingénuos: esto mismo ya lo hicieron los nazis. Su Dios era el estado, y el "bautismo in-civil" se llamaba imposición del nombre; claro, bajo una dinámica: que el nombre sea expresión de la especie. Lo mismo establecieron los revolucionarios franceses que al calor embriagador de la libertad, fraternidad y guillotina para el que proteste se vistieron la sotana laica para bautizar nuevos hijos de república. Escupieron el agua bendita para embeberse de la ambrosía de la Diosa Razón... Aunque después apareciera Napoleón.
Usamos a los niños como bandera de ataque, quedamos en ridículo en la lucha de "a ver si bautizo más que tú" ¡Viva la libertad que hace nacer tantos creadores de ingenio! ¡Viva el progresismo que nos hace tan poco originales! Nos hace quedar a la altura de nuestra catadura intelectual: Zerolo, neo-sacerdote del progresismo mimetizador de sacristía, cero patatero; mejor, cero zapatero...
Lo que no quedó claro fue el nombre de ese niñito libre de yugos: ¿Progreso? ¿Libertario? Porque para quedarse en un Fernando, Manuel o José no merecería la pena tanto revuelo ¿no?...

jueves, 4 de junio de 2009

ya se j... el sol

¡Tardaba!
Ya me parecía que era demasiada alegría. Nos hicimos demasiadas expectativas...
Y así nos fue.
Otra vez al chubasquero, paraguas... A la cara de desilusión por lo que pudo llegar a ser. Hoy que está por aquí Leyre Pajín pensaba acercarme a pedirle otro fenómeno interplantario: ¡¡¡una semana entera de sol en Asturias!!! Pero igual se quejan los del PP por contaminación lumínica.
Esto del sol me hizo pensar en los de las "medias": los que siempre te prometen que estarán y nunca llegan; los que te hacen esperar porque no saben qué es la puntualidad; algunos que comienzan ilusionados y nunca acaban y te dejan tiradito como una colilla. Aquellos que depende cómo esté la luna estarán más tratables o no...
No sé. Al final resulta que es mejor que no nos acostumbre el sol. Sería raro. Es el reflejo mismo de lo mismo que vivimos.
¿Eres tú de los que dejan tirados o te suelen dejar tirado?
¿Activo o pasivo? Aunque suene un poco rarito ¿no? ja, ja, ja...

miércoles, 3 de junio de 2009

La dialéctica, ley evolutiva del Absoluto

El título promete, je, je, je...
Es título básico de la filosofía romántica, perteneciente a Hegel. Al pobre le preocupaba llegar a conocer lo/el Absoluto. Para llegar a semejante grado de conocimiento quiere usar de la razón, razón que es esencialmente dialéctica. Cómo hacerlo posible es fácil:
1.- Afirmación o tesis. Posición inmediata del concepto.
2.- Negación o antítesis. Negación del concepto.
3.- Síntesis. Recuperación del concepto.
Por eso, para Hegel no hay tarea mejor que la discusión, que construye, que es sabia.
¿A qué viene esto? Pues a algo tan sencillo como que nuestra sociedad ha perdido el arte de discutir. Hoy todo el mundo tiene su parte de razón y no hay quien la mueva. Nunca se estudió tan poco y nunca fuimos tan "fundamentalistas" en nuestras ideas.
Asistimos a un mundo de "carácter estomacal": enseguida perdemos los nervios, pronto ponemos la lengua a cortar cabezas, en un segundo tenemos que tener la razón y buscar personas que nos la den. No nos gusta discutir; no nos gusta que nos quiten la razón: queremos ser siempre protagonistas, y esas películas -sinceramente- aburren.
¿Qué necesita nuestra sociedad? Recuperar el valor de lo Absoluto frente al personalismo exagerado y asqueroso imperante, en el que priman los valores de coorporación dermoestética. Recuperar espacios de diálogo, de filosofar con la vida. Eso sí, quitando de en medio esos pseudointelectuales que como no tiene aceptación en otras facetas de la vida se las dan de list@s y no se dan cuenta de que no tienen ni idea de lo que hablan. No hay más que encender la tele o salir a dar un paseo por este mundo "agónico" (en sentido Unamuniano). Necesitamos beber de la verdadera sophía que es capaz de inspirarnos la Verdad. Bebamos de la sabiduría de las musas aunque por ellos tengamos que restar años a nuestras vidas: la ocasión lo merece.
¡Oh musas, oh altos genios, ayudadme!
¡Oh memoria que apunta lo que vi, ahora se verá tu auténtica nobleza!
(La Divina Comedia,
Dante, Infierno II)

viernes, 29 de mayo de 2009

Pues hoy voy yo a la playa...

¡¡¡Ya llevamos tres días de sol seguidos!!! Por Dios, qué milagrón. Ya no me acordaba de tanta luz ni calor...

Pues nada, hoy voy yo a la playa. De 13:30h a 15h. Iré a caminar un poquillo, y a mezclarme con todas esas señoronas aburridas de estar en casa que prefieren dar la lengua por el paseo ese... Intentaré poner "coloradina" la cada día más generosa frente, ja, ja ja...

O sea que hoy libro foro, que aproveche!!!

jueves, 28 de mayo de 2009

Somos unos "engañaos"...

¡Por fin ha salido el sol! Tardaba, pero parece que ya lo ha tomado con ganas. Parecía un espejismo, pero no ¡¡¡YA VAN DOS DÍAS SEGUIDOS!!!
Curioso lo de ayer: tuve que ir a visitar a un enfermo en Salinas y me encontré la playita llena ya de "tomadores de sol", de corredores y demás asiduos de las orillas del mar. La imagen me causó ciersa sonrisa ¿dónde estaban estos ayer? Daba la sensación que detrás de la puerta de su casa esperando a que de una vez el sol hiciera acto de presencia.
Me ratifico en lo que dije otra vez: somos hijos de nuestra época. Ahora tocará sacar el bañador, poner cara de verano, ir con las ventanillas bajadas del coche realizando audición obligatoria al resto de la música que llevamos dentro, comenzar a prácticar algún deportillo y subir los pantalones por encima de las rodillas. Es que si encima no lo haces te ponen la etiquetita: "es un poco rarillo", ja, ja, ja...
Pues nada, sobrevivid al verano. Prepararos los de Julio en Roma, vais a saber lo que es calor-humedad-asarse indiscriminadamente. Y felicidades: el sol salió, ofrezcámosle en suprema adoración nuestras caras y espaldas blanquitas para que con sus rayos de justicia las chamusque a fin de poder presumir de morenito en aras de la "normalidad". Amén.

miércoles, 27 de mayo de 2009

me gusta el Mahatma Gandhi este...

Señor...
...Ayúdame a decir la verdad delante de los fuerte
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso
de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la moneda,
no me dejes inculpar de traición a los demás
por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo
y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo,
ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame
que el fracaso es la experiencia
que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar
es un signo de grandeza
y que la venganza
es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito,
déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente,
dame valor para disculparme
y si la gente me ofende,
dame valor para perdonar.
¡Señor... si yo me olvido de tí,
nunca te olvides de mí!

nos ponen difícil creer

Antiguamente se decía que un incrédulo era uno que no creía en nada; donde salió el chiste que dice: "-¡Yo no creo más que lo que entiendo! -¡Ah, con razón la gente dice que no crees en nada!".
Pero, más allá del chiste, vivimos en un mundo en el que todos nos piden tener fe, o algo parecido: el que te vende la lavadora, el que te llama ofreciéndote adsl, el presidente del gobierno, el jefe de la oposición... Todo el mundo nos garantiza que lo suyo es lo mejor.
Por eso a veces pienso que vivimos en el mundo de los "tontos de la chistera": todos tienen respuesta para todo, soluciones para todos los problemas, todo lo suyo es bueno ¿pero pensarán eso de los demás? ¡lo más grave!: ¿pensará el pedorro que intenta semana tras semana endingarme esa mierda de enciclopedia que soy un tonto pringao y que va a acabar vendiéndomela? ¿viviremos en un mundo ególatra, de comtempladores-adoradores de su propio ombligo?
Por eso es importante preguntarse ¿seré yo de esos? ¿será mi ombligo el centro de mi vida? ¿son los demás coprotagonistas de mi vida o soy yo el único protagonista posible?
Pues ala, a opinar ¿o seré demasiado negativo en mis apreciaciones?

sábado, 23 de mayo de 2009

Este partido lo ganaremos en casa...

Me gusta el lema del PSOE para estas campañas: "Este partido lo ganamos en Europa". Pero tras reponerme de este subidón de "alianza de civilizaciones" y volver a la cochina realidad, creo que lo mejor será que lo juguemos en casa:


4 millones de parados, y los que quedan;

una lucha intestina entre dos partidos monolíticos al paso de convertirse en paleolíticos que ahogan la vida política española, porque aquí se juega a sotas o bastos, o PP o PSOE; y encima con traje regalado...

una crisis familiar a costa de los 16 años, del aborto, del la píldora del día después, del eterno botellón;

Y para rematar la faena nos meten tres radares más en la autopista del Huerna.

La verdad que no sé qué hacer para las elecciones europeas ¿sirve de algo ese parlamento? ¿Voto de castigo? ¿Voto en blanco? Si por cada voto en blanco les bajaran el sueldo votaría, pero sólo sirve para dar puntos al más votado. Nada, que esto no es lo mío. Me gusta más el "tiranicidio" ¿que el Rey -o presidente- lo hace mal? A la calle sin contemplaciones. ¿Que nuestros políticos no hacen más que engañarnos? A la Bastilla. Lo peor, los jetas que van llegando a vivir del cuento: eso sí, al servicio de los ciudadanos.

Prometía el chico éste de "Ciudadanos" pero al parecer se ha dejado tentar por las mieles traidoras de la gloria; como ASIA, que parecía una solución y se ha convertido en problema. Al final -por desgracia- va a tener razón Franco cuando le dijo a aquel ministro: "Ud haga como yo, ¡no se meta en política!"...

jueves, 21 de mayo de 2009

la insoportable levedad del ser

¿A qué resulta extraño el título? Es el libro que invariablemente contemplaba siendo niño en la biblioteca de mi madre, en un lugar especial. Siempre me llamó la atención el título: al parecer era una curiosa novedad de Milan Kundera. "La insoportable levedad del ser". Me costó entender qué podrá significar ese título. Pero son de esas cosas que te quedan grabadas para siempre.
Hoy no sólo lo entiendo, sino que lo comparto. Mientras Diógenes buscaba un hombre honesto otros filósofos griego repugnaban de la humanidad: vulgar, previsible, inculta... Lo mejor era apartarse. ¿No es una tentación constante?
Todos asistimos al triunfo de Susan Doyle, cantando como una neoCallas. Allí nos vimos en el escenario recibiendo aplausos, pero resulta que el dinero se lo lleva ella y nosotros todavía no cerramos la boca del asombro. Igual que con LetiZia: el día que se anunció su compromiso matrimonal daba la sensación que todos los asturianos tendríamos nuestra habitación en La Zarzuela, pero se quedó en eso: sensaciones. Ella, princesa y en palacio. Nosotros, en casina. Siempre lo mismo: triunfan los demás, mientras nosotros seguimos como estamos.
¿Cuál es la opción? O armarse de valor y volver a la cochina cotidianidad, donde cientos ya se apuntan a los gimnasios dispuestos a lucir palmito en la playa, ellas se apilan en lámparas bronceadoras para lucir piernitas. O escaparse, marcharse, aislarse, refugiarse, ampararse. Leer, estudiar, trabajar al lado de "sophía" lejos del vulgo y sus vulgaridades.
¿O habrá camino intermedio?
No sé
¿Qué pensáis?

miércoles, 20 de mayo de 2009

Una buena digestión...

Comentaba el filósofo Xavier Gafo que nuestra cultura ha cambiado los términos: ahora es "muerte" lo que antes era "sexo". Hace unos años el "sexo" era tabú, ¡Dios te librara! En cambio todo esa batería de prejuicios ha pasado en bloque a la muerte: no se puede hablar de ella, se adorna de mil maneras, en los tanatorios todo parece sala de reunión familiar/amistad hasta que te das cuenta de esa pecera con ataud dentro, ante el que haces un acto de fe creyendo que el finado está ahí metido. Todo se quiere hacer con celeridad para que la "familia no sufra", todo rápido, con prisa. ¿Y cuándo llegues a casa y encuentres ese lugar vacío? ¿Tirarás la cama por la ventana, la silla de la cocina a la basura, el sofá de la salita al vertedero, su recuerdo del corazón?

Necesitamos gente apasionada por la verdad, por la vida. Una vida que no puede terminarse con la muerte, sino que es un simple peaje. "Morir se acaba, es cerrar los ojos a este mundo y abrirlos en otro" decía Martín Descalzo.

Por eso vivimos en un mundo ciego: no quiere reconocer la verdad, lo que va a pasar y prefiere enredarse en otras lides. Mundos como "Física y Química" en la que cada 10 minutos hay cama; como "El Internado", donde nada es como representa; mundos como "OT", "GH", "Supervivientes" donde para ser 'normal' hace falta hacer el anormal, eso sí: con mucha audiencia, "que mola mazo".

Por eso pedimos como santo Tomás Moro: "Danos Señor una buena digestión" porque este mundo no hay quien se lo coma.

Pero es aquí donde tenemos que vivir, trabajar, y hacer algo por los demás. Esforzándonos por el mundo de la realidad, no del placer para olvidar. En el mundo de las personas y no en el del sexo-objeto. Un mundo de vida más allá de la muerte.

Un mundo que pide testigos: ¿Estamos dispuestos?


"El tiempo"
No pierdas tu tiempo,
aprovéchalo,
vívelo,
no lo desperdicies.
Dale
a cada hora que pasa
su interés,
su razón, su vida.
Distribúyelo bien,
para todo,
para el trabajo, para el descanso,
para la diversión.
El tiempo no tiene desperdicio,
tiene un valor inmenso,
sabiendo usarlo;
gastarlo.
Procura darle alegría,
en todo momento,
ámalo, empléalo,
siempre para el bien.
Alegra tu tiempo, tu vida,
santifícalo,
hazlo grato,
vívelo...
Luis Menéndez Díaz, "Lumen".

lunes, 18 de mayo de 2009

Nos dejamos engañar como "niños"...

Si algo puedes decir de un niño es que todo se lo cree, de ahí los traumas cuando te enteras de que Papá Noel, Ratoncito Pérez, Reyes Magos tienen el mismo nombre y apellidos de tus padres. A un niño lo engañas en un momento, se fían plenamente, en su vocabulario no entran palabras como mentira, engaño...
¡Pero aunque vayan pasando los años seguimos igual de ilusos! ¡No apredemos! Somos hijos de lo inmediato, de la moda. Nos dejamos engañar por el que hable con pasión, con firmeza. Nos creemos mentiras absolutas como la más prístina verdad. Lo que hoy es mentira, mañana puede llegar a ser verdad. "We can!" se ilusionaron los norteamericanos, y resulta que el "can" se ha marchado por otro camino moviendo alegremente el rabito.
Jugamos todos un partido de tenis donde luchamos por pasarnos la pelota: adular-recibir compensación, "combayar"-"ser de los prestosones", buscar beneficio-buscar rendimiento. Más o menos todos jugamos en esta liga. La lucha es constante: cimentar una moral sólida o vivir en la moralina del momento.
No somos los primeros:
"Pasó un ministro del emperador y le dijo a Diógenes: -¡Ay, Diógenes! Si aprendieras a ser más sumiso y a adular más al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas.
Diógenes contestó: -"Si tú aprendieras a comer lentejas no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador". Este es el filósofo que buscaba un hombre honrado y, al parecer, murió sin encontrarlo.
He aquí el dilema "tener moral" o "vivir en moralina": La moralina es fácil, superficial, presuntuosa, puritana y palabrera (¡¿a cuántos conocemos así?!).
La moral es difícil, profunda, humilde, cauta, callada y alegre...
¿Somos de los que tragamos las lentejas? ¿De moral profunda, aunque sea en construcción?
¿O buscamos emperador al que adorar? ¿Los de la moralina barata?

viernes, 15 de mayo de 2009

El aborto: nuestra credibilidad en juego

Desde un punto de vista filosófico se llama vida a la diferencia esencial que existe entre los seres inertes y los seres vivos mediante la cual estos últimos tienen capacidad de moverse por sí mismos:
1.- Principio de movimiento. Que plantas, minerales, etc no tienen.
2.- Ser uno: unidad. Cada ser vivo es uno e indiviso, no pueden dividirse sin morir o dejar de ser ellos mismos.
3.- Inmanencia: Todo ser vivo realiza acciones cuyo resultado, más o menos, queda dentro del ser mismo: comer, reproducirse...
4.- Tendencia a la autorrealización: tendemos a la realización de nuestro ser, tenemos unas potencialidades a realizar a lo largo de nuestra vida.
Por eso, disttinguimos tres clases de vida:
- Vegetativa. Nutrición, crecimiento y reproducción.
- Sensitiva. Percepción, capacidad de sentir, tener instintos.
- Intelectiva. Propia del hombre.
¿La teoría? Perfecta. ¿La aplicación? Vamos a por ella:
Disfrutamos de una vida completa e integradora -por la clase intelectiva- desde la concepción: ya somos lo que desarrollaremos. Somos ya persona. Pero pretenden estos zopencos hacernos ingresar de cabeza en las listas de la vida vegetativa: comamos, bebamos, votemos y f... y si nos equivocamos abortemos. Borrón y cuenta nueva. Aborto=metodo anticonceptivo... Y claro, dejarán -en un alarde de generosidad- que pasemos a la vida sensitiva sólo los domingos por la tarde con el Madrid o Barsa o por la mañana con Alonso en Montmeló, en la finales de OT, GH y Eurovisión, en los campeonatos mundiales de football y, como no, el día de la boda de la Infanta Leonor.
Acabáramos, ya sabemos la 'solución final': selección no ya natural sino social: niños con espina bífida, con síndrome de Down, con malformaciones, poneos a temblar. Sólo queremos "raza aria", perfectos. Niños de pelo engominado y vestido dominguero, con tirabuzones rubitos y carita de nácar. ¿Dónde llegaremos así? Ala, fastidiaros las familias que tuvisteis un hijo así: ¡nosotros sabemos más y nos los quitamos de en medio!
¿Cuál es el límite? A partir de hoy, ninguno. Se abre la veda de caza. ¿Por tener enfermedad es menos humano? ¿Por tener síndrome de Down no tiene derecho a la Vida? Por que encima así se vende: su hijo tiene esta enfermedad, pueden abortarlo. Ala, a la papelera. Cuando nos pase el susto ya encargaremos uno a nuestro gusto en el laboratorio. Sociedad de consumo: tele plana, cocina minimalista, coche híbrido, verduras ecológicas, ipod nano, apartamento y ahora un artículo más: niño a la carta... ¡¿Dónde más llegaremos!?
Es un asunto demasiado grave, como para encima ridiculizarlo llevándolo sobre un capuchón de Semana Santa ¡qué vergüenza! Se han callado como zorros: ¡¿Dónde están manifestándose a cara descubierta?! ¡¡¡Cobardes!!!
En unos años nos harán Memoria Histórica... ¿Qué dirán de esta atrocidad de ley?
¡A mí que no me pillen!

jueves, 14 de mayo de 2009

nos han mentido sobre LA LIBERTAD...

Está de moda la teoría de Rousseau: "¡Dejadme en paz!"
Lejos quedan los trasnochados Libertad, Igualdad, Fraternidad. Hoy la libertad es mi capacidad de decisión: ¿Quién puede atreverse a decirme lo que tengo que hacer? ¿O lo que no puedo hacer? ¿Quién es capaz de decidir lo que está bien? ¿O lo que está mal? Libertad, por tanto, que no tiene más límites que los que a mi me apetezca marcar. Libertad, que es la obsesión de mi momento, de mi estado anímico, esclavitud de mi apetencia.
Pero no es así. La verdadera libertad es un estado de obediencia ¿eh?... Nos liberamos de la 'esclavitud' de la apetencia obedeciendo a la razón, nos liberamos del capricho adatándonos a un uso, a una norma de Vida. "La máxima libertad nace del máximo rigor" escribía Leonardo da Vinci: porque el hombre es más libre a medida que es más fuerte, por tanto la obsesión por la 'libertad' es la prueba de su máxima debilidad. Queremos emanciparnos de todo control y nos creemos la "norma": esa es la trampa, ya que creo que llegaré muy lejos pero la vida me enseñará lo errado que estaba. Por eso podemos definir a la persona como "esencial buscador de cadenas" (L. Castellani)... nos gusta atarnos a sentimientos, a 'momentos especiales', a personas
¡Y lo peor es que encima
nos creemos libres!...



El filósofo Santayana soñó una vez que
veía pasar cuatro caballos, negro, alazán, bayo y blanco.
Los vió preparados para el combate y les dijo:
-¿Dónde vais?
-Vamos a libertar a los pueblos.
-¿liberarlos de qué?- les gritó el filósofo.
El hombre coronado del caballo blanco le dijo:
-De las consecuencias de la libertad.

miércoles, 13 de mayo de 2009

nos gustan las falsificaciones...

Hay algo común en toda persona ("humana" como dirían los políticos que se precian de 'humanistas') y que muchas veces rebaja nuestro "ser-para-el-mundo": algo tan sencillo como convertirnos en copias baratas de lo que vemos o de los que nos gusta; tenemos la necesidad de convertirnos en copias aproximadas de varios moldes, de acoplarnos a unos cánones establecidos por la moda: si no tenemos el desatino de ser desechados por la sociedad de consumo.
Peligro del verano: antes era el "cuerpo danone", ahora ellos "tableta de chocolate" y ellas "peso mosca". Hemos convertido el ser humano en una meta física y nos hemos olvidado de la "metafísica".... Cuerpos esbeltos, mentes vacías; cuerpos danone, pensamiento de flanes (=débil).
Es necesario recuperar nuestra libertad, la cordura. Nuestra meta no puede ser el gimnasio, sino la persona (mi yo, los Otros, y el absolutamente Otro). Descubrir mi interioridad, mi más profundo yo y abrirlo a los que forman parte de mi vida: ofrecer de mi vida, de mi libertad, de mi pensamiento... Y no sumarme a estereotipos, modas pasajeras, lo que se le ocurra al departamento de marketing de Massimo Dutti.

Un poema de Casaldáliga,
sobre cómo también la Iglesia puede ocultar el rostro de Jesús,
pero no nos engañemos: igual que nosotros cuando nos dejamos llevar por "el qué dirán"...

JESÚS DE NAZARET
¿Cómo dejarte ser sólo Tú mismo,
sin reducirte, sin manipularte?
¿Cómo, creyendo en Ti, no proclamarte
igual, mayor, mejor que el Cristianismo?
Cosechador de riesgos y de dudas,
debelador de todos los poderes,
Tu carne y Tu verdad en cruz, desnudas,
contradicción y paz, ¡eres quien eres!
Jesús de Nazaret, hijo y hermano,
viviente en Dios y pan en nuestra mano,
camino y compañero de jornada,
libertador total de nuestras vidas
que vienes, junto al mar, con la alborada,
las brasas y las llagas encendidas.
Y una última invitación: ¡arriésgate a ser tú mismo!

martes, 12 de mayo de 2009

Comenzando a escribir

¡No me jodas el día!
Cada mañana podríamos decir lo mismo: a ZP, a la crisis, a la hipotéca, al perro que hay que pasear a que haga su pis y su plof ¡¿para cuando un CANWC?!

Hay días que no apetece salir de la cama, pero no queda otro remedio que salir ¿y para qué? Se agolpan recuerdos, lo que pudo ser y nunca fue, la palabra que dejaste en el tintero, la sonrisa que nunca hiciste y la oportunidad que perdiste... Melancolía. Que hay que vencer a fuerza de echarte pestes por imbécil y esperar la oportunidad para sólo decir: ¡perdón!...


"tarde lluviosa en gris cansado,
y sigue el caminar.
Los árboles marchitos.
Mi cuarto, solitario.
Y los retratos viejos
y el libro sin cortar...
Chorrea la tristeza por los muebles
y por mi alma.
Quizá,
no tenga para mí naturaleza
el pecho de cristal.
Y me duele la carne del corazón
y la carne del alma.
Y al hablar,
se quedan mis palabras en el aire
como corchos sobre agua.
Sólo por tus ojos
sufro yo este mal,
tristeza de antaño
y las que vendrán.
Tarde lluviosa en gris cansado,
y sigue el caminar."
("Tarde", F.G.L., 1919).