"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


miércoles, 13 de mayo de 2009

nos gustan las falsificaciones...

Hay algo común en toda persona ("humana" como dirían los políticos que se precian de 'humanistas') y que muchas veces rebaja nuestro "ser-para-el-mundo": algo tan sencillo como convertirnos en copias baratas de lo que vemos o de los que nos gusta; tenemos la necesidad de convertirnos en copias aproximadas de varios moldes, de acoplarnos a unos cánones establecidos por la moda: si no tenemos el desatino de ser desechados por la sociedad de consumo.
Peligro del verano: antes era el "cuerpo danone", ahora ellos "tableta de chocolate" y ellas "peso mosca". Hemos convertido el ser humano en una meta física y nos hemos olvidado de la "metafísica".... Cuerpos esbeltos, mentes vacías; cuerpos danone, pensamiento de flanes (=débil).
Es necesario recuperar nuestra libertad, la cordura. Nuestra meta no puede ser el gimnasio, sino la persona (mi yo, los Otros, y el absolutamente Otro). Descubrir mi interioridad, mi más profundo yo y abrirlo a los que forman parte de mi vida: ofrecer de mi vida, de mi libertad, de mi pensamiento... Y no sumarme a estereotipos, modas pasajeras, lo que se le ocurra al departamento de marketing de Massimo Dutti.

Un poema de Casaldáliga,
sobre cómo también la Iglesia puede ocultar el rostro de Jesús,
pero no nos engañemos: igual que nosotros cuando nos dejamos llevar por "el qué dirán"...

JESÚS DE NAZARET
¿Cómo dejarte ser sólo Tú mismo,
sin reducirte, sin manipularte?
¿Cómo, creyendo en Ti, no proclamarte
igual, mayor, mejor que el Cristianismo?
Cosechador de riesgos y de dudas,
debelador de todos los poderes,
Tu carne y Tu verdad en cruz, desnudas,
contradicción y paz, ¡eres quien eres!
Jesús de Nazaret, hijo y hermano,
viviente en Dios y pan en nuestra mano,
camino y compañero de jornada,
libertador total de nuestras vidas
que vienes, junto al mar, con la alborada,
las brasas y las llagas encendidas.
Y una última invitación: ¡arriésgate a ser tú mismo!

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