"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


jueves, 14 de mayo de 2009

nos han mentido sobre LA LIBERTAD...

Está de moda la teoría de Rousseau: "¡Dejadme en paz!"
Lejos quedan los trasnochados Libertad, Igualdad, Fraternidad. Hoy la libertad es mi capacidad de decisión: ¿Quién puede atreverse a decirme lo que tengo que hacer? ¿O lo que no puedo hacer? ¿Quién es capaz de decidir lo que está bien? ¿O lo que está mal? Libertad, por tanto, que no tiene más límites que los que a mi me apetezca marcar. Libertad, que es la obsesión de mi momento, de mi estado anímico, esclavitud de mi apetencia.
Pero no es así. La verdadera libertad es un estado de obediencia ¿eh?... Nos liberamos de la 'esclavitud' de la apetencia obedeciendo a la razón, nos liberamos del capricho adatándonos a un uso, a una norma de Vida. "La máxima libertad nace del máximo rigor" escribía Leonardo da Vinci: porque el hombre es más libre a medida que es más fuerte, por tanto la obsesión por la 'libertad' es la prueba de su máxima debilidad. Queremos emanciparnos de todo control y nos creemos la "norma": esa es la trampa, ya que creo que llegaré muy lejos pero la vida me enseñará lo errado que estaba. Por eso podemos definir a la persona como "esencial buscador de cadenas" (L. Castellani)... nos gusta atarnos a sentimientos, a 'momentos especiales', a personas
¡Y lo peor es que encima
nos creemos libres!...



El filósofo Santayana soñó una vez que
veía pasar cuatro caballos, negro, alazán, bayo y blanco.
Los vió preparados para el combate y les dijo:
-¿Dónde vais?
-Vamos a libertar a los pueblos.
-¿liberarlos de qué?- les gritó el filósofo.
El hombre coronado del caballo blanco le dijo:
-De las consecuencias de la libertad.

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