"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


miércoles, 3 de junio de 2015

Segundas partes nunca fueron buenas...

        

Al final de la historia te das cuenta de las cosas. Por algo dirán eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

Esa película que esperabas fuera tan intensa como la primera vez o como la del comienzo de la saga; o el encuentro con esa persona que despertaba horizontes inmensos; o regresar a la falda de esa cumbre que creías volvería a ser tan inexpugnable y despiadada en la lucha por buscarle una veta; o simplemente otro atardecer con las mismas disposiciones del anterior, preparado todo para ser o hacer feliz, y se quedó en eso, en deseo.

La vida está hecha de segundas partes: cuando sale bien y te gusta, porque quieres repetir y regresar a esas sensaciones. Cuando sale mal, porque todos tenemos derecho a una segunda oportunidad.

¿Pero merece la pena el intento? Creo que a veces es demasiado caro el peaje. Deseas, sueñas, incluso te desvives y descubres que no te corresponden; o intentas poner toda la carne en el asador, implicarte y complicarte, y no tuviste bastante la primera que volviste a por la segunda, o tercera, o cuarta. O simplemente que te empeñas en darle a quien no lo merece lo mejor que tienes: tu mism@.

Me imagino que debe ser muy sano mandar a la mierda... No por no complicarse, sino para poder descubrir que en la vida puede haber más películas, otras montañas, atardecer en nuevos parajes o, incluso, aquellos que no te tengan o quieran como su segunda oportunidad, sino como la primera que nunca dejarán escapar.

Es cuestión de prioridades: o primero o segundón ¿a qué equipo te apuntas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario