"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


miércoles, 10 de junio de 2009

Prisa por vivir

Hay una cita que me gusta especialmente: “La humanidad corre, jadea, lanzada hacia el futuro, como galgo en pos de la liebre: sin pensar que la velocidad tiene sus límites biológicos, allende los cuales la vida misma es imposible. Y lo trágico del caso es que precisamente esa prisa devoradora aparece hoy como el símbolo más auténtico del progreso. La humanidad se cree obligada, moralmente obligada, a correr hasta romperse el corazón” (Manuel García Morente, Ensayo sobre el progreso)
Hemos creído que podíamos con todo, pensamos que la vida no tendría dificultades para nosotros: que si seríamos capaces de vencer las dificultades; que nada podría conmigo y tanto empeño pusimos, tanta prisa nos quisimos dar que nos olvidamos de vivir. Y la vida nos enseñó su lección más amarga, me hizo reconocer mi limitación, mi hechura de barro; hizo mías las palabras del pensador: “En el corazón del hombre hay muchas cavidades que desconocemos hasta que viene el dolor a descubrírnoslas” (León Bloy). Hemos corrido, luchado, avanzado en la gran pelea de la vida y hemos perdido en ese camino lo esencial.
¿Quién de nosotros nunca se ha sentido cansado?¿Angustiado?¿Preocupado? ¿Necesitado? ¿Quién no ha aprendido a llorar de impotencia? ¿Quién no se ha quedado alguna vez sin palabras? ¿Quién no ha caído bajo el tentador: “piensa mal y acertarás”?
Necesitamos recuperar lo "humano", liberarnos de las cadenas que la sociedad de progreso y consumo nos mete por el pescuezo... ¡¿Dónde hay un hombre?! clamaba Diógenes
¿Podremos tú yo decirle: ¡aquí!?

No hay comentarios:

Publicar un comentario