"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


lunes, 10 de septiembre de 2012

Color esperanza



La vida nos demuestra cruelmente tantas veces lo difícil de la lucha. Deseos, aspiraciones, inquietudes, ilusiones. Construimos el presente soñando un futuro de probabilidades que tantas veces son tejidas por adversas circunstancias, teñidas con los colores de las oportunidades dadas o deshilvanadas por una suerte esquiva que prefirió no sonreirnos.

Somos viajeros, ciertamente, con un destino común, con el triste sino de ver pasar los años, de colar nuestras vidas en el tamiz indolente de un final que espera inexorable e inmisericorde cada oportunidad. Mientras tanto el reloj continúa su labor, cada día pide su significado, su "por qué" o cuanto menos una simple respuesta, un mero sentido a su labor.

Cada sonrisa o mano tendida o una persona que escucha son un hito, merecen -claro- un sitio en el corazón. No es la vida fácil, no, pero afirmando que hay personas que la complican más también es verdad que con otras es mucho mas fácil. También habrá que preguntarse si a los demás yo se la complico o me implico con ellos.

Desconozco la experiencia de cualquier refugiado en un campo o de aquellos que horrorizados contemplarían desde sus barracones las trémulas procesiones hacia las cámaras de gas. O el sentimiento de impotencia en esos 100 inmigrantes cuya patera se hundió a poca distancia ya de aquel sueño esperado: Europa. El hambre del que ya no puede ni disimularlo con su familia o el enfermo que sabe ya ha comenzado la cuenta atrás. La familia que ha ingresado la lista del paro y miran con preocupación cómo comienzan a disminuir sus ahorros...

El panorama no es esperanzador. Pero si podemos nosotros poner de color esperanza estos grises inciertos de apatías, indiferencias, traiciones y humillaciones. Cada situación o persona o conversación puede ser transformada. El optimista crea alegría, el alegre sabe tejer lazos de amistad. Sólo con ver su foto se te ilumina la cara con una sonrisa. Quizás una buena solución a esta crisis desesperandora seria poner grandes carteles con gente feliz para volver a descubrir que podemos serlo si queremos y experimentar que los nubarrones no podrán nunca ocultar la luz...

O nubarrones o sonrisas, esperanzados o desesperanzados, ilusionantes o desilusionantes. Un reto, un empeño. No disimulo que el final llegara, es verdad, pero qué diferente será afrontarlo desde un lado u otro. Que diferente será cuando alguien - quizá algo perdido- se tope con la losa que cubra mi sepultura y sin poder disimular una sonrisa salga de su corazón una simple oración: 'gracias'.

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