"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


domingo, 7 de octubre de 2012

Vivir de las batallas del ayer...



Suele pasar que nos preocupamos demasiado del ayer. Nos pueden los recuerdos, nos siguen cansando las equivocaciones, seguimos sonriendo con los aciertos. La vida, sabemos, no se detiene para que vivamos recordando, el tiempo continúa. La historia no se ha hecho para seguir revolviendo en el baúl de los recuerdos. En ese baúl ya sólo están aquellas fotos en papel, los pantalones pasados de moda o aquellos libros con tapas amarillentas que nos recordaban cada curso que íbamos creciendo. Vivimos felizmente (eso parece) encadenados a lastres que nosotros mismos candamos a nuestro corazón, a nuestra vida...

Cuánta gente sólo sabe vivir de aquello que hizo, dijo, trabajó o realizó. El derrotado sólo sabe hablar del ayer. El vencedor ya está pensando en pasado mañana. Pero no sólo eso: el ayer también nos habla de fracasos. Aquellos fantasmas de lo que quisimos ser y conseguir y no fue posible. Por mi culpa, por tu culpa o por la de todos un poco. Y así el éxito de otros me puede, me cansa, me quita la paz o cuanto menos me molesta. No es sólo mi ayer, también el de los demás.

Podemos vivir, como la canción, pendientes de la Revolución. Pero pasada está. Hoy solo cuatro dinosaurios emboinados de satisfactorio autobombo podrán defendernos aquellas luchas contra el fascismo. Este mundo, nuestra historia, ha sufrido su conformismo. Si hay crisis es por que los mismos que sostenían la pancarta frente a los grises, azules o rojos la han cambiado por el maletín del capital, la bolsa del consumismo o la cobardía del burgués. Las letras han cambiado por más que pretendan engañarnos con la misma música.
 
La vida nos espera mañana. No podemos vivir anclados en el ayer. No es tiempo ni de músicas o letras del ayer. La música, la banda sonora de tu vida, te la tienes que currar cada mañana. No dejes espacio a los éxitos de ayer. Esos pasaron. Lucha por aquello crees que mereces, lánzate al mar del presente solo con el flotador del mañana. El ayer es sólo un lastre. No seamos tampoco ilusos: del ayer también se aprende. Pero una vez realizados los deberes no sigamos toda la vida cantando continuamente esa misma lección.

Es verdad, justo es reconocerlo, que a veces nos decepcionan. No valoran nuestro trabajo, esfuerzo, dedicación. Nos gustarían las cosas de otra manera. Quizás qué nos tuvieran más en cuenta o siquiera nos tuvieran presentes. Pero eso ya es cosa del ayer: aunque sean unos segundos. Ahora mismo ya es tu futuro, te está llegando, lo estás tocando... ¿NO CREES QUE TE MERECES LO MEJOR?

Y como en cada música habrá momentos de dúos o de coros, de monólogos o de acústica. Pero aprovecha, no pierdas el tiempo cargando con un saco rebosante de "ayer"... Mételo en la chimenea y con el calor de lo trabajado, conseguido, sufrido, disfrutado y vivido tómate una copa brindando por aquel que ya hace unos cuantos años nos aseguró: Carpe diem! (Aprovecha cada momento). Y que si hay un ayer, sea el de aquellos que hoy y mañana sólo podrán mirarte con envidia: "ande yo caliente, ríase la gente".

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