"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


jueves, 24 de julio de 2014

Saber desaparecer o saber continuar...


 

A veces lo más prudente es no molestar. Es  verdad que podemos ser importantes en la vida de otros. Quizás les hemos ayudado en su estabilidad o en su proyecto de vida. O hemos aportado mera compañía -¡que no es poco!-. Pero lo más prudente es no convertirse en hipoteca, sino en préstamo vencido: les hemos donado ilusión, esperanza, optimismo, cariño, audacia, coraje... Pero ahora lo prudente es callar, desaparecer, ocultarse. ¿Olvidarse? No del todo, pero si de parte. Cuando no cuentan contigo ¿por qué, para qué insistir? Llegaste en un momento crucial, pero igual ya esa situación desapareció: ¿merece la pena  vivir anclado en ese ayer?

Es duro, es verdad. Incluso muy doloroso. Nos gusta que nos den las gracias o que, por lo menos, valoren lo que hemos hecho. Mendigamos que nos quieran de la misma manera. Pero eso es ya pedir demasiado. Los motivos reales sólo quedan en nuestras intenciones, en nuestro corazón. Muchas veces serán un secreto, a voces, pero secreto. Sólo mis recuerdos serán testigos mudos de tanto esfuerzo. Aunque nuestras lágrimas cueste, aunque nuestra esperanza se agote. Y una vez agotada, el telón oculte el escenario.

La vida pasa. Sería inútil recorrer los días esperando los agradecimientos que no llegan, las luchas que no son compartidas o los sentimientos no expresados... Seguir luchando, seguir marcándose otras metas, continuar descubriendo personas que, como desvalidos, buscan samaritano en sus caminos que les preste dinero o coraje o prestigio o favores o, simplemente, acogida.

El tiempo pasa y nunca más vuelve... Hay que saber no quedarse anclados. Buscar nuevas perspectivas, nuevos horizontes. Ya lo decía Heraclito con su "panta rei": todo pasa. No te quedes llorando tu pasado. No merece la pena batallar por una victoria en aquellos que te consideran o perdido u olvidado.

Lucha en tu presente por los que realmente -¡realmente!- cuentan contigo para su futuro. Y eso se demuestra cada día, ya te darás cuenta... Hay que saber hacerse presente, y hay que saber ausentarse, aunque cueste...

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