No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)
viernes, 24 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
Volviendo a ser un niño...
en la laguna detrás de su casa.
No se daba cuenta de que un caimán se le acercaba.
sábado, 26 de junio de 2010
el reto de ser uno + uno + uno + uno + ...
Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.
Intrigado, el amigo preguntó: ¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra? Sonriendo, el otro amigo respondió: “Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo”.
Es esta también la historia de nuestra cotidianidad. Llevamos en las manos el estilete, el bolígrafo y vamos escribiendo en la libreta de nuestra vida: tú me caes bien, tú no; tú me la has armado, tú no... Pero no lo grabamos en la arena, sino donde duele más: en el corazón, y por eso recordar determinados momentos, situaciones, nos duele, nos fastidia, nos chincha...
Es verdad que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Hay cosas que nos fastidian, que no nos gustan, que nos hieren, resquemores, dudas; pero también es verdad que nosotros lo hacemos más grande todavía... ¿Qué es lo que podemos enseñar a nuestro mundo? A perdonar, a valorar, a contar con todos, a no creernos siempre con la razón. Es un mundo éste de juicios, de valoraciones, de lapidaciones públicas, un mundo donde cada uno va a lo suyo, donde el “bienestar” de la persona se pone por encima del bien común: y se aprueban leyes que atentan contra la dignidad de la persona...
Os invito a lo siguiente:
1. ¿Cuántas cosas tienes grabadas en tu corazón? ¿En una balanza hacia dónde pesaría más: el bien o el mal?
2. ¿No creéis que a veces nos tomamos las cosas demasiado a pecho, le damos demasiado importancia a lo que no lo tiene? Pero es verdad que siempre nos ocurre con lo de los demás ¿Y lo mío? ¿Estarán orgullosos de mí, mi familia, mis amigos, mis conocidos...? ¿Pido a los demás lo que yo no doy?
3. Ser libres: esta es nuestra aspiración... ¿Qué ata tu corazón? La comodidad, el qué dirán, la pereza, la desgana, la soberbia, el aparentar... “Donde está tu corazón, ahí tienes tu tesoro”: en qué dedicamos el tiempo que nos sobra, a cuántos ayudamos, cuánto bien hacemos...
viernes, 21 de mayo de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
"¿Quién decís que soy yo?"
A este artesano nazareno los violentos lo encontraban débil y manso. Los custodios del orden le juzgaban, en cambio, violento y peligroso. Los cultos le despreciaban y le temían. Había dedicado toda su vida a Dios, pero los ministros oficiales de la religión de su pueblo le veían como un blasfemo y un enemigo del cielo. Eran muchos los que le seguían por los caminos cuando predicaba, pero a la mayor parte les interesaban más los gestos asombrosos que hacía o el pan que les repartía que todas las palabras que salían de su boca. De hecho todos le abandonaron en la persecución.
Y… sin embargo, veinte siglos después, la historia sigue girando en torno a aquel hombre. Media humanidad, cuando se pregunta por sus creencias, sigue usando su nombre para denominarse. Su historia ha servido como inspiración para, al menos, la mitad de todo el arte que se ha producido, para escribir al año más de mil volúmenes sobre su persona y doctrina. Y cada año, decenas de miles de hombres y mujeres dejan todo para seguirle enteramente, como aquellos doce primeros amigos.
¿Quién es, pues, este hombre? ¿Quién es y qué hemos hecho de Él? ¿Es fuego o opio? ...
sábado, 6 de marzo de 2010
Pasión dominante: descubrir al otro como parte de mi yo...
En este caso, podemos decir que se cumplió la máxima agustiniana: "Pon amor donde no hay amor y sacarás amor". Es verdad: La vida nos lleva a tratar a las personas de diferentes maneras. Nuestra forma de ser, de afrontar la vida, nuestro carácter. Nos pueden los criterios, las apariencias, el qué dirán...
1. Personas valoradas: son aquellas que nos “aportan” algo, nuestros modelos, gente que nos ayuda, gente que demuestra que nos quiere.
2. Personas “toleradas”: no queda otro remedio que “padecerlas” todos los días: pero las mantenemos en su límite, las toleramos, las aguantamos; pero hay días que nos cuesta más tenerlas delante. Nunca sabes si están a favor o son indiferentes...
3. Personas que no podemos ver delante: aquellos que nos la han armado, que sabemos nos critican y ponen por delante la sonrisa; aquellos que nunca han contado con nosotros, aquello que nunca nos han valorado.
Es la experiencia de toda persona, de sus círculos de amistades, conocidos y “enemigos”. Pero es necesario -de vez en cuando- pararse a meditar: ¿pensáis que vosotros sois mejores? ¿piensas que eres mejor que los demás? ¿Damos siempre otra oportunidad? ¿Cómo lo demuestras?
No se trata de ir dando abrazos por la vida o ser “la tonta del bote”; con los pies en la tierra, pero poniendo amor en mis obras: no ser igual que los demás, no dejarme llevar por el ritmo “clasista” de nuestra sociedad. ¡No! Dejarme llevar por el ritmo de la acogida, respeto, humildad, servicio, perdón, alegría, pasión... ¿Qué verbos son los dominantes en tu vida? ¿Cuál es el rumor de fondo que oyes en tu corazón?
Esta semana os invito a que pensemos en ello. ¿Son los demás una carga pesada o ayuden/les ayudas en tu vida? ¿Crees verdaderamente en los demás, en sus posibilidades? ¿Tan difícil es acercarse y decir: sigo contando contigo? Os dejo con Pablo, el que leen en las bodas por la iglesia: el amor es comprensivo, servicial, no es envidioso ni orgulloso. Todo lo puede, todo lo perdona porque el amor no pasa nunca ¡¡¡¿¿¿ES TU VIDA ASÍ???!!!
miércoles, 24 de febrero de 2010
llorar por ayer... negarse al mañana
Pero algún día bastará, "algún día volveré a vivir"... eso piensa, día tras día, aliento tras aliento...
sábado, 20 de febrero de 2010
dos caminos para una misma vida...
Es la DUDA... La pregunta que surge desde lo más profundo... La lágrima última que no encuentra pañuelo que mojar...
(sin la mano de Dios, Mª Elvira Lacaci)
no he perdido la fe.
Creo en Ti. Existes.
Has hecho el Universo. Lo conservas.
Has creado a los hombres
y alientas su vivir. Desalentado.
Puedes aniquilarlos. Eres justo.
Y sé que nos aguardas
tras el vaho más último que se desprenda
de nuestros pechos.
Es tu mano la que no sé sentir entre las mías,
Tu mano que a diario
apretaba,
temblorosamente. Desgarradamente. Apasionadamente.
No digo que fue una alucinación esa tu entrega
palpitante y sensible –oh, aún conservo
unas sutiles rayas en la palma de mis manos-.
Pero hoy... no sé pedirte nada. Ni siquiera mi aliento
fluye desesperado hacia tu pecho. Porque hoy
tiene forma de niebla
estancada –es de noche-
en la vasija de este pecho mío.
¿La solución?
Afrontar la vida juntos; saber decir "te necesito", o quizá un "Te quiero de verdad"; no vivir en el egoísmo absoluto de mi "yo y mis circunstancias"; saber dialogar, ayudar, buscar apoyo. Saber aconsejar y sentirse necesitado de consejo. Vivir luchando, esforzándose, no sentándonos en el camino de la vida a llorar nuestras penas, sino secándolas para descubrir quién camina con nosotros...
"La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar"
jueves, 18 de febrero de 2010
somos demasiado parecidos...
Este año 2010 avanza... la vida corre que se mata, y en este vaivén lo mejor es dejarse llevar. Es difícil tener tiempo para pararse a pensar "¿qué estoy haciendo? ¿qué es lo que quiero?", y más difícil es encima intentar cambiar. Somos productos de nuestra sociedad: es difícil ser diferente, eres incomprendido, rechazado, borrado de la sociedad. Nos contentamos con ir tirando, con conformarnos a los patrones sociales. Por más que pensemos en lo originales que podemos ser al final no lo somos tanto. Necesitamos valientes que rompan el cerco en el que estamos metidos, que abran el camino, que nos dejen caminar tras ellos...
¿Qué camino quieres seguir? Eso sí, abstenerse "microondas" que lo calientan todo rápidamente pero después ná de ná...
lunes, 8 de febrero de 2010
¡Qué fácil es equivocarse!
jueves, 4 de febrero de 2010
vivir en sociedad...
- Valores en los que fundamentamos nuestras relaciones. Emerson decía: "La sociedad es en todos los sitios una conspiración contra la personalidad de cada uno de sus miembros"... ¿te dominan? ¿pretendes tú dominar? ¿construyes o destruyes? ¿apoyas o criticas? ¿eres de fiar o dependerá quién se haga la pregunta? Que no digan de tí lo que filosofaba Hobbes: "No buscamos la sociedad por amor a ella misma, sino por los honores o los beneficios que puede reportarnos." Se nos ve el plumero enseguida...
- En su lucha contra el individuo, la sociedad tiene tres armas : ley, opinión publica y conciencia (Maugham). He aquí nuestro gran peligro: la masa. Qué difícil es ser verdaderamente uno. Prejuicios, respetos humanos... a todos nos afectan más de lo que pensamos. Puedes creerte libre, pero no lo somos tantos. Puedes creerte la mar de original pero siempre habrá quien se te hayan adelantado. Nos cuesta mostrarnos tal como somos, ahogamos sentimientos y opiniones en aras de la "tranquilidad"...
Ser libre, ser auténtico, ser uno mismo. Un camino para toda la vida, un reto para pensar y reflexionar... No me extraña que los budistas piensen que se reencarnan decenas de veces... Pero lo peor sería tirar la toalla, buscar otra vida, vivir doble vida, escapar: ¡No! La cara hay que darla sin miedos... pero sé que Utopía está cerca de esta opinión.
Lo mejor es ayudar; dejarse ayudar, pedir ayuda, dejarse ayudar. No creerse con la razón, ser social -¡pero de una sociedad verdadera!-... Es difícil, pero no imposible.
¿Dónde estará el término medio?
miércoles, 3 de febrero de 2010
Ser feliz...
- La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar. Chalmers (teólogo presbiteriano, hereje pues)
- J. P. Sartre: "Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace." Que ya es decir bastante al maniaco depresivo este, je je ;)
domingo, 31 de enero de 2010
la vida continúa...
en sociedad.
Ganamos, gozamos, volamos.
¡Qué malestar!
El mañana asoma entre nubes
de un cielo turbio
con alas de arcángeles-átomos
como un anuncio
Estamos siempre a la merced
de una cruzada.
Por nuestras venas corre sed
de catarata.
Así vivimos sin saber
si el aire es nuestro.
Quizá muramos en la calle,
quizá en el lecho.
Somos entre tanto felices.
Seven o'clock.
Todo es bar y delicia oscura.
¡Televisión!"
- diferenciándonos: muchas veces nos parece que los demás no llegan a nuestra altura, que somos como bichos raros en medio de un mundo hostil, fracturado. Creemos vivir en la apatía del "cognoscere"; pero este camino no es el correcto. Hoy en LNE nos avisa el listillo de turno: Facebook es una herramienta 'que nos hace inútiles, ya que perdemos horas ticleando' pero avisa: "yo no, porque sé utilizarlo inteligentemente". Menudo payaso: ¿y tú qué sabes cómo lo usamos los demás? Un claro ejemplo de lo que acabo de decir.
- mimetizándonos: Como no puedo contra ellos, me uno. Es arrojarse al torrente salvaje de la mediocridad para perecer ahogado en las aguas turbulentas del suicidio social: como no me creo con fuerzas, como no me atrevo a vivir como pienso y creo, como tengo miedo que me señales o marginen: "Sólo conviene el adocenamiento. Esto lo ha establecido la pluralidad, y muerde a cualquiera que se escapa de él por alguna parte" ya lo dijo Pascal; puede ser una postura medianamente inteligente -yo creo que no- pero es verdad que "homo hominis lupus", por lo que lo mejor es pasar inadvertido para no tener problemas.
- superándonos. Teoría en apariencia racial, por lo tanto, manipulada por pensamientos totalizadores. No contentarse con lo que hay, atreverse a pensar, a buscar salidas, a descubrir caminos ya trazados y vivir según esos ideales. Claro, sólo vencen los fuertes, los que se esmeran. "La vulgaridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta" decía Cherteston, y es verdad: lo peor sería poder salir del pozo y quedarse dentro por miedo a la luz, a lo desconocido.
Termino con una frase de J. Heller: "En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima"...
¿Dónde te sitúas tú?