"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
(A. Camus)


domingo, 13 de octubre de 2013

Saber que estás ahí


        Muchas veces la experiencia nos habla de aprovechados, de los que se sirven de tu trabajo y buena disposición y todavía disfrutan de su 'altura' para recordarte -de vez en cuando- que tú estás por debajo. La diferencia está en que lo conseguido siempre será tuyo, en cambio éstos se quedarán más solos que la una en cuanto cambien las tornas. Pero no perdamos el tiempo hablando de ellos ¡qué mas quisieran!

Otras veces son las propias circunstancias de la vida las que te hacen descubrir que no vales tanto como crees o incluso que tus proyectos se han quedado en agua de borrajas. Experiencias de esas todos tenemos. Tampoco perdamos el tiempo hablando de lo que ya sabemos.

En vez de perderlo, vamos a ganarlo. Cada día es un camino, nos toca optar. Unas veces más decididos, otras con miedo.  Sabiéndote vencedor o dudando a veces del resultado de la partida. Oteas el camino recorrido y puedes llenarte de satisfacción: hay muchas cosas muy bien hechas. Quizá por otras toque pedir perdón y rectificar. Pero entendámonos: no hablo de éxitos laborales o puestos de honor. Me refiero a las personas: cada una es un mundo por descubrir y conquistar. Al volver la vista atrás puedes poner rostro a palabras como amistad, servicio, perdón, gratuidad, fidelidad, felicidad... Sabes que de la misma manera que una persona te saca una sonrisa al recordarla, también a ella le sucede lo mismo.

Pero no consiste todo en ser un mero recuerdo... ¡No! Se trata de ser el mejor presente en esta historia. Saber y experimentar que nunca caerás al suelo porque alguien te sostendrá en el trance. O ya caído, sorprenderte por descubrir una mano desinteresada a tu disposición. Una mano, un hombro o una espalda a la que agarrarse o auparse, un corazón para compartir, un futuro para descubrir. La vida no son los problemas, nuestra vida son las personas. No podemos dejar pasar los días quejándonos de problemas y dificultades, sino disfrutar y ayudar y dejarse ayudar por aquellos que conforman nuestra existencia. Eso sí: tampoco dejemos de denunciar la injusticia. Buenos si, tontos no (por más que nos traten como si lo fuéramos).

La vida requiere, pues, atención. Descubrir quiénes queremos formen parte de mi vida, de quiénes es mejor prescindir y aquellos que están esperando tu mano, tus hombros, tu corazón, tu presencia. A veces no tendrán mucho tiempo, pero si puedes estar seguro de sus disposiciones. Si supiéramos aprovechar cada oportunidad, momento, minuto o persona seguro nuestra vida sería bien diferente. Pero somos como esas tétricas procesiones de Semana Santa con Dolorosa al hombro, nos gusta demasiado que nos compadezcan, que nos entiendan... Vamos demasiado encumbrados en nuestros dolores sin darnos cuenta de que los demás también los tienen, pero se los tragan para mostrarnos ¡regalarnos! la mejor sonrisa.

Decisión: una vez abierta la puerta que sea con todas las consecuencias, una vez emprendido el camino -¡aunque cueste!- que sea hasta el final, una vez entregado el corazón -¡aunque duela perdonar!- que sea con pasión. 

Y coraje: ¡No estás solo! ¡Has abierto tus puertas! ¡Tú mismo has franqueado otras puertas, otras vidas! ¡Disfruta y que te disfruten! 
¡¡¡Merece la pena saber y experimentar que están ahí, que te tienen a ti...!!!

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